Aunque existen infinidad de razones morales e ideológicas para no votar por el camino del socialismo del siglo XXI y su candidato Gustavo Petro el próximo 19 de junio, el mayor riesgo que tenemos es económico: podemos botar por la borda muchos años de desarrollo.
No debería valer la pena recordar a la humanidad que el comunismo como modelo económico fracasó rotundamente en todos los países. La igualdad que pregona es imposible. Separar el talento individual de su remuneración hace inviable cualquier modelo.
Cerrar los ojos y decir que en Colombia no tenemos deficiencias ni retos sería mentiroso. Claro que los hay. El problema es que con el modelo que nos quieren implantar no se soluciona. Tanto la desigualdad como la pobreza se pueden combatir con un modelo capitalista con mucho más éxito que con uno asistencialista. Eso está demostrado.
No existe la posibilidad de que nuestra economía resista un embate tan sumamente desastroso como el que nos quieren implantar, empezando por acabar la explotación petrolera y minera, no sólo por la cantidad de divisas que le generan al país sino por las necesidades del aparato productivo de esos productos para funcionar. Perder la autosuficiencia petrolera sería un error gigantesco, depender a partir del 2027 de quien nos venda petróleo en el exterior no tiene sentido.
Acabar con todo lo que se ha logrado hasta ahora en salud y devolverla al sector público como hace 30 años cuando las personas se morían en los corredores de los hospitales es un sin sentido. Bien o mal hoy Colombia tiene cobertura universal en salud, obvio con deficiencias. Pero nuestro modelo ha sido copiado en muchos Países y es bien calificado internacionalmente.
Volver al esquema de prima media y acabar con el régimen privado de pensiones es quebrar al Estado. El esquema piramidal colapsó hace años, ningún gobierno por rico que sea tiene la capacidad de pensionar a toda su población, menos ahora con el aumento de la probabilidad de vida y con familias cada vez con menos hijos. Expropiar el ahorro pensional individual es un robo.
Pensar que puede solucionar los problemas de recursos del Estado aumentando los impuestos a los 4000 más ricos y a la tierra improductiva es ilusorio. Primero, porque los grandes capitales se van a ir antes que les cobren y segundo, porque asustará la inversión extranjera y la generación de riqueza.
Como ven, podríamos estar poniéndole una bomba a la economía, esa que hoy es la que genera el 90% del empleo formal. ¿Será que a todos esos empleados los contratará el gobierno para que midan calles? Esa propuesta de dar empleo a todos los desempleados no resiste ningún análisis de lo utópica que es. Colombia es un país de empresarios y emprendedores, no podemos dejarlo de ser.
No se dejen engañar, no crean todo lo que les dicen. El cambio no es tirarse por el barranco. Hagamos los cambios controladamente, con planeación y entre todos.
Yo confío en que los colombianos votaran por el bien de Colombia.
Publicado: junio 17 de 2022
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