A comienzos de año, el joven Esteban Josué Gutiérrez Morales fue nombrado como “Segundo Secretario de Relaciones Exteriores, código 2114, grado 15, de la planta global del Ministerio de Relaciones Exteriores, adscrito al Consulado General de Colombia en Atlanta, Estados Unidos de América”.
Dicho nombramiento se perfeccionó a través del decreto 105 del 25 de enero de 2022.
Gutiérrez Morales es hijo de la polémica exfiscal Viviane Morales Hoyos.
De acuerdo con documentos en poder de este portal, el joven Gutiérrez ostenta la calidad de Residente Permanente de los Estados Unidos desde 1993, año en el que nació.
De acuerdo con las normas, un Residente Permanente o un ciudadano americano no puede acreditarse como funcionario diplomático ante el Departamento de Estado.
Gutiérrez no renunció a su residencia y, para hacerle el esguince a esa obligación, resolvió inscribirse formalmente ante el Departamento de Estado como miembro del “personal de servicio”, como si se tratara de un funcionario de servicios administrativos, cuando su nombramiento es de una naturaleza muy distinta.
De otro lado, los administrativos de una oficina diplomática o consular, cuando son locales, no tienen derecho a determinadas primas. De acuerdo con la tabla salarial del Ministerio de Relaciones Exteriores, el empleado administrativo con mayor rango, recibe un salario inferior a los U$4 mil dólares.
En concreto, el señor Gutiérrez, que fue nombrado por la cancillería colombiana es un agente diplomático de rango medio-alto por el que recibe un pago mensual de más de U$6500 dólares, pero para el Departamento de Estado es un empleado de “servicios”. Esa nominación de ‘staff’ se refiere, por ejemplo, a auxiliares secretariales, conductores o personas del servicio doméstico.
Pero el asunto es aún más delicado pues el señor Gutiérrez adelanta actuaciones que le son reservadas exclusivamente a los diplomáticos. En su día a día laboral firma pasaportes, poderes, registros, permisos de salida como ‘Cónsul’, labores que por supuesto no pueden adelantarse por un empleado del nivel administrativo.
En ese punto es donde se presenta el problema más delicado, toda vez que en el Departamento de Estado Gutiérrez Morales figura como empleado del área administrativa del consulado de Colombia en Atlanta.
Por haberse inscrito como funcionario de servicios, no tiene las inmunidades y privilegios exclusivos para los diplomáticos, cuando debería tenerlos porque la voluntad del Estado colombiano fue la de asignarle en el nombramiento con el que fue beneficiado en unas funciones específicas recubiertas con las garantías que emanan de la Convención de Viena que regula las relaciones consulares.
Gutiérrez no le informó a la cancillería, antes de su nombramiento, que él es Residente Permanente del país en el que iba a ser acreditado. Calló esa condición, induciendo a error a su nominador.
Y para mantener su tramoya, al Departamento de Estado le ocultó su calidad de diplomático seguramente para no tener que renunciar a su Green Card. Esta situación, que es una trampa por donde se le vea, puede desembocar en que el gobierno americano, que ya está enterado de la situación, solicite la remoción de Gutiérrez de los Estados Unidos. Paralelamente, fuentes del gobierno de Colombia confirmaron que se está evaluando la declaración de insubsistencia de ese funcionario para evitar un roce diplomático con los Estados Unidos. Marta Lucía Ramírez, muy cercana a la cuestionada exfiscal Morales, tendrá que tomar una decisión al respecto: o protege al intrépido hijo de su amiga, o toma la decisión correcta frente a un tramposo.
Este portal le escribió a Gutiérrez con el fin de formularle algunos interrogantes. El funcionario no quiso responder el mensaje enviado y bloqueó el chat. Tampoco respondió un correo electrónico que se le remitió con copia a la Canciller de la República.
Publicado: junio 5 de 2022
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