Siendo realistas, hay que aceptar que cada vez que se posesiona un nuevo gobierno, el país pleno abriga esperanzas de que se solucionen sus problemas, es decir, de que se cumplan las promesas de campaña (Ver Clavijo, 2016).
De tal forma que, nos encontramos ante el final del gobierno Duque, período 2018 – 2022.
Duque, fue recibido con fe y esperanza teniendo en cuenta que veníamos de ocho años nefastos y amorales de Juan Manuel Santos.
Nace, entonces, del porqué elegimos a Duque.
Digo que elegimos porque yo me encuentro dentro de ese 53% de votantes que votaron por un Duque que nos abriera las esperanzas, como bien comenta Clavijo, además de solucionar nuestros infinitos problemas, por lo menos algunos.
Sin embargo, al igual que con Santos, como decimos en el argot taurino, tan venido a menos; con Duque pasamos de una gran expectativa a una gran desilusión en un corto tiempo, teniendo en cuenta que, en la práctica, Duque co – gobernó con Santos.
Podríamos decir que a Duque le sucedió lo mismo que a la bella Julia Roberts, quien durmió con el enemigo dentro de su casa, en la Casa de Nariño, todo el tiempo.
Ese, fue su primer error estratégico de gobierno.
En vez de marcar distancia con todo lo que representó el nefasto y amoral gobierno de Santos, no solo no logró deslindarse del mismo; sino que, comenzó a tener una forma de diálogo similar jugando a lo políticamente correcto; todo el tiempo, lo cual le produjo un desgaste no solo dentro de su accionar diario; sino que, nunca logró sintonizarse con la opinión que lo había elegido, precisamente, para hacer todo lo contrario, generando una gran frustración.
Porque, si somos sinceros, los más de 10 millones de votos de Duque no fueron a favor de Duque, fueron en contra de Petro.
De hecho, uno de los argumentos que se presenta en este momento para la presente elección entre el Ingeniero Rodolfo y el señor Petro es, precisamente, evitar que Petro llegue al poder.
No es que vayamos a votar a favor por el ingeniero Rodolfo porque el ingeniero es similar al remedio conocido como la emulsión de Scott: sabe feo, pero en este momento es necesario.
Cuatro años después nos encontramos en la misma situación del 2018.
Pero, si hacemos un análisis minucioso sobre el cómo los colombianos hemos votado, el candidato por Salvación Nacional a la Vice Presidencia, Carlos Cuartas, fue enfático en aseverar que los colombianos llevamos votando en contra de, o, para evitar que; desde hace más de 22 años.
Y, si hacemos cuentas, votamos en contra de Samper y su elefante que Monseñor Rubiano nunca vio.
Si mi memoria no me falla, ya Antanas estaba en la escena.
Vino, el primer gobierno de Uribe, en contra del accionar de las FARC.
Vino, el segundo de Uribe, no tan bueno como el primero, en contra de Serpa.
Santos contra Antanas.
De pronto, nos hubiera ido mejor con Antanas que con Santos.
Zuluaga contra Santos.
Duque en contra de Petro y, ahora, el ingeniero Rodolfo en contra de Petro bolsas.
En mi caso, llevo votando en contra de, más de 22 años, nunca a favor de.
Con el agravante, que votaré para evitar que llegue Petro, de nuevo, dando un salto al vacío, como bien comenta Clavijo, en contra de todo lo que representa Petro bolsas, ahora en alianza con la oscuridad de las tinieblas de Juan Manuel Santos.
Puntilla: Mientras tanto, la JEP hace de las suyas, feliz durmiendo con el enemigo. Parecen amantes.
Rafael Gómez Martínez
Publicado: junio 7 de 2022
4.5
5