Al narcotraficante alias ‘Otoniel’ debió salirle bastante costosa la ofensiva mediática y judicial que desató para evitar su extradición hacia los Estados Unidos.
Ahora, confinado en un calabozo en las inmediaciones de la corte del distrito sur de Nueva York, debe estar haciendo sus cuentas y recordando los nombres de todas las personas que fueron “reclutadas” para ejercer su defensa jurídica, pero también los que fueron delegados para propugnar por él en la arena política y mediática.
Imposible olvidar las voces de quienes alegaban que ‘Otoniel’ no solo debía quedarse en Colombia, sino que tenía que ser admitido por la JEP (¡!). La extrema izquierda planeaba convertir a ese criminal en una versión 2.0 de Juan Guillermo Monsalve. ‘Otoniel’ convertido en testigo dispuesto a decir lo que fuere menester en aras de salvar su propio pellejo.
El argumento de que ‘Otoniel’ fue extraditado para taparle la boca, además de falaz, es ridículo. Si efectivamente quisieran callarlo, jamás lo hubieran capturado. Y si fuera cierta la versión calenturienta de que él no fue agarrado por la Fuerza Pública, sino que se entregó, entonces vale la pena preguntarse porqué hizo tantas maniobras para impedir su extradición cuando era evidente que una vez estuviera a buen recaudo de las autoridades, se procedería de inmediato con su remisión hacia los tribunales estadounidenses.
Le salió mal la jugada al capo del narcotráfico, al que periodistas como Daniel Coronel intentaron mostrar como un hombre no tan peligroso como Pablo Escobar y por el que -no es sorprendente- el senador de las Farc Iván Cepeda abogó desesperadamente.
Con el cuento trillado de la “reparación a las víctimas”, la izquierda mediática y política colombiana está intentando volver pedazos el mecanismo más eficaz de cooperación judicial contra el narcotráfico, como efectivamente es la extradición.
Es válido preguntarse porqué ese sector de la política no muestra la misma preocupación por las víctimas de las Farc. Han pasado cerca de 6 años de la entrada en vigor del acuerdo ilegítimo entre Santos y ‘Timochenko’ sin que un solo cabecilla de esa banda terrorista haya recibido una sanción, así sea de manera simbólica. Es más, muchas víctimas reales de las Farc han sido maltratadas de manera sistemática como es el caso de las mujeres que siendo niñas fueron reclutadas y esclavizadas por esa organización delincuencial y que hoy se encuentran agremiadas en la ‘Corporación Rosa Blanca’. Para la extrema izquierda mediática y política, ellas no tienen derecho a ser reparadas como sí las tales víctimas de ‘Otoniel’, olvidando que una de las principales es la sociedad norteamericana a la que ese delincuente inundó con cientos de toneladas de clorhidrato de cocaína.
Ojalá ‘Otoniel’ tenga el coraje de contarles a los fiscales que lo investigan los detalles del plan criminal que él puso en marcha para evitar su extradición. Quiénes lo apoyaron y quiénes recibieron dinero para tal fin. Quizás esa colaboración se traduzca en algunos valiosos minutos más de luz al día durante la larga condena que cumplirá en la que es, quizás, la cárcel más rigurosa del planeta y que está destinada a recibir a los criminales más peligrosos, como él.
Publicado: mayo 10 de 2022
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