Las dificultades con el Programa de Alimentación Escolar – PAE no son nuevas. Algo que debería funcionar sin contratiempos, dada la importancia que acarrea, se convirtió en un viacrucis en Colombia. Si no es la corrupción es la ineficiencia administrativa de las entidades territoriales, pero los problemas parecen nunca acabar.
Un millón de niños llevan lo corrido del año sin tener acceso a comida en los colegios. Sí, suena increíble, pero es cierto. El detallado y alarmante informe que publicó la Contraloría esta semana expone las graves fallas que se ven en ciertas regiones y que afectan a los más vulnerables.
Esta vez, a diferencia de casos anteriores, no se trata de contratistas que se robaron la plata o de comida en pésimas condiciones, aún cuando esas dificultades persisten en varias zonas del País. Ahora el tema recae en que hay colegios que ni siquiera cuentan con la infraestructura básica para almacenar los alimentos y las entidades territoriales no han iniciado los procesos de contratación.
Es decir, pura ineficiencia administrativa. Por más que la Nación gire los recursos a tiempo y el Congreso endurezca las sanciones a los contratistas, los problemas del PAE persistirán mientras no se modifique el esquema actual.
Y sí, no es popular decir esto, pero lo cierto es que hay entidades territoriales que históricamente han demostrado fallas en la planeación, la contratación y la ejecución del programa. Ya sea por corrupción, incapacidad o desconocimiento, el PAE no arranca a tiempo y presenta graves fallas en su desarrollo.
Por eso, creo que es sano plantear la posibilidad de centralizar en cabeza del Ministerio de Educación los procesos de contratación de aquellos municipios y departamentos donde el PAE ha fracasado. Esta situación no se resuelve con discursos teóricos en contra de la centralización y la defensa de la autonomía regional, sino con pragmatismo.
En aquellos lugares donde no se registran problemas y el programa opera con normalidad no debería haber cambios. Lo que funciona bien, que siga como viene. Sin embargo, si las entidades fallan, seleccionan contratistas que no son idóneos y convierten al PAE en una mina de oro, el Ministerio debería tener la posibilidad de asumir directamente su contratación y ejecución con un acompañamiento directo de la Contraloría.
Un cambio que puede generar una resistencia en las regiones y que reviviría las frustraciones contra de Bogotá, pero que cambiaría la vida de miles de niños en todo el País. Acá lo central es garantizar la alimentación de las nuevas generaciones de colombianos y si la mejor forma de hacerlo es centralizando parte del programa, bienvenido sea.
Publicado: abril 1 de 2022
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