“Perdón Social” es la fachada lingüística que utiliza Gustavo Petro para barnizar el acuerdo con los presos del país, representados por políticos condenados por diferentes delitos, donde el candidato le ofrece indulto a cambio de apoyo electoral (votos); lo que le podría representar el respaldo de 100 mil familias que tienen a uno de los suyos tras las rejas añoran libertad.
Jugar con la esperanza no es una estrategia equivocada ni nueva, de por si esa es la esencia de la política electoral. Pero jugar con la esperanza de alcanzar la libertad de quienes están cobijados por sentencias judiciales es de otro nivel, que va más allá del afán por ganar como sea o quien sea.
El Diablo está en los detalles, afirmaban nuestros abuelos. Y el detalle de este pacto no es la libertad de Iván Moreno, quien lleva una década preso, o la libertad de todos los corruptos.
El detalle de este inescrupuloso acuerdo lo expuso sin sonrojarse y acudiendo a narrativas jurisprudenciales la constitucionalista y vocera del Pacto Histórico, Cielo Rusinque, quien afirmo en medio de un debate en RCN Radio con quien escribe esta columna, que el propósito fundamental del “Perdón Social” es abrir las puertas de todas las cárceles para que se acabe el hacinamiento, acudiendo a la figura del estado de cosas inconstitucionales.
Palabras más, palabras menos, lo que busca el Pacto Histórico con el “Perdón Social” es la movilización electoral entorno a la libertad de los presos por parte de sus familias; propuesta que viola el orden jurídico y constitucional. El otro detalle, el verdadero Diablo, está en la misión que cumplirían los miles de presos que quedarían en libertad. Acaso no estamos presenciando el inicio de la conformación de los colectivos petristas que, al mejor estilo chavista, ejercerían como brazo paramilitar en un eventual gobierno de Gustavo Petro, para intimidar a quien se atrevan a ejercer oposición; ya los vimos operar bajo la figura denominada “Primera Línea”.
Lo que está presenciando el país no es un acto humanitario de Petro, ni menos una propuesta ingenua. Quien ha vivido entre la ilegalidad y la legalidad conoce a dónde lo llevan las cañerías de La Picota, por eso se mete en ellas, a sabiendas de que de ahí sale untado de excremento.
Publicado: abril 20 de 2022
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