Los propietarios de tierras hicieron parte del grupo contra el que más se ensañaron los bolcheviques rusos. Eran calificados con los peores calificativos. Establecida la Unión Soviética en el año 22 del siglo pasado, los países de Europa del Este que quedaron bajo influencia de Moscú tampoco salvaron a los dueños de predios rurales.
Hungría, uno de los Estados más sufridos de Europa, además de haber perdido dos terceras partes de su territorio como consecuencia del tratado de Trianón -acuerdo suscrito a finales de la Primera Guerra Mundial-, perdió la libertad democrática en 1949 cuando la URSS logró entronizar a un gobierno títere que se encargó de implementar una constitución calcada de la soviética.
70 mil campesinos húngaros perdieron sus tierras, no sin antes haber sido calificados como “cerdos”, adjetivo que tanto ha utilizado en tiempos recientes el lugarteniente de Petro, el senador Gustavo Bolívar para referirse a los policías colombianos.
La confiscación se llevó a cabo como parte de la política comunista contra los ‘kulaks’ -campesinos propietarios durante el zarismo-.
En total, más de 22 millones de familias fueron expropiadas por orden de Lenin y luego de Stalin. Lo perdieron todo. El argumento oficial para sustentar el expolio consistía, fundamentalmente en decir que las tierras necesariamente debían estar en manos de los pobres y no de los antiguos propietarios.
Razonamiento muy parecido al que en la campaña presidencial se le ha oído al petrismo en relación con la expropiación de grandes extensiones de tierra, figura que es presentada con el nombre de “democratización”. El brutal senador Bolívar, recientemente aseguró: “Hay 15 millones de hectáreas improductivas. En sus narices (sic) además. En este lugar. Yo hace mes y medio, durante la campaña al senado, hice un video. Entre Montería y Tierralta tuve una hora el celular prendido mostrándole al país la cantidad de hermosas y productivas tierras que iba mirando de lado y lado de la carretera, sin una sola mata, sin una sola vaca, porque son tierras trofeo, son tierras que se robaron, que no les costó (sic) nada y por eso no las producen. Y nosotros tenemos que, como dice Gustavo Petro, democratizar el uso de la tierra… Entregarle la tierra a quien la produce… En estos 4 años Gustavo Petro tenga que entregar más de un millón y medio de hectáreas de tierra a los campesinos…”.
Más claro no canta un gallo. Y Petro ratificó el asunto a través de un trino que minutos después de haber publicado, resolvió eliminar. No obstante, un acucioso twittero alcanzó a guardar.
En dicho mensaje, el candidato socialcomunista aseveró que “el fin de la riqueza es qué (sic) beneficie a todos. La riqueza qué (sic) no produce debe ser utilizada y distribuida por el Estado. En mi gobierno la distribución de la riqueza si (sic) llegará a los más pobres y no a terratenientes con fincas que no producen”.
La sustancia del propósito de Petro es idéntico al de los soviéticos del siglo pasado. El régimen comunista de la URSS se obsesionó con la “deskulakisación’ y un gobierno de Petro significará la ‘democratización’ de millones de hectáreas de colombianos honorables que están preavisados: sus propiedades serán alevosamente arrebatadas por el régimen petrista.
Publicado: abril 24 de 2022
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