Pasó desapercibida el pasado 1 de abril, como efemérides, que: El día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares, la guerra ha terminado, el Generalísimo Franco, Burgos, 1 de abril de 1939.
Una de las principales debilidades que se tienen en la academia del siglo XXI, consiste en lograr explicar el contexto histórico en el cual se desenvuelven los acontecimientos, de tal forma que la guerra civil española fue un teatro de operaciones para el comunismo soviético a través de la COMINTERM, organismo creado por Lenin, superado por Stalin, con el único fin de expandir el comunismo a nivel internacional: La revolución de los pueblos.
El triunfo de los soviets en la revolución de febrero de 1917, se expandió como una onda por todo Europa con una rapidez inusitada.
Incluso, llegó a México antes que a Cuba.
La guerra civil española duró tres largos años, con dos bandos claramente divididos: El ejército rojo y las tropas nacionales.
El cuartel general del ejército franquista se encontraba en Burgos, en el Palacio de la Isla, que era la capital provisional durante la guerra.
A su vez, al interior de España, se vivió el fruto recogido por un largo período de inestabilidad política durante la segunda república donde los ambientes caldeados por la primera guerra mundial estaban al orden día; lo cual produjo que el almirante Juan Bautiza Aznar convocara a elecciones municipales, ante las dudas de la Guardia Civil y el Ejército, las cuales fueron ganadas por el frente amplio del republicano, socialista, Pacto de San Sebastián de agosto de 1930; algo así como el Foro de Sao Pablo, o el Pacto Histórico.
Según, Jean Descola, Historia de España, 1976: El Frente Popular estuvo compuesto por: Izquierda Republicana, Unión Republicana, Unión Patriótica, U.P, Partido Socialista Obrero Español, PSOE; Partido Comunista: línea fuerte del marxismo – leninismo; los movimientos obreros como UGT y CNT, organismos que tenían como finalidad perseguir la revolución social para estimular a la población a su rebelión total.
Se sumó el Partido Nacionalista Vasco, más adelante conocido como E.T.A, Estatuto de Autonomía vasca, E.T.A.
Ante todas las diferentes formas de lucha, el ejército se sublevó en cabeza de dos generales: Emilio Mola y el pequeñín Francisco Franco.
Mola, termina su vida en un “accidente aéreo” después de sufrir varios atentados en su contra por la quinta columna sitiada en Madrid de donde sale la famosa frase: los rojos no pasarán; dando paso a Franco quien sería la figura relevante.
El conflicto español comenzó en el País Vasco teniendo en cuenta que sus frías tierras fueron utilizadas como cabeza de playa para recibir el armamento enviado desde Moscú.
Su vorágine tuvo uno de sus puntos más altos en Guernica, el 26 de abril de 1937, donde el bombardeo sistemático de ambos bandos produjo el cuadro de Picasso.
Sin olvidar los feroces ataques que perpetuaron los rojos no solo en el País Vasco, en Madrid, en Barcelona donde se utilizó el cerro de Montjuic para fusilar a todo aquel que estuviera a favor del Ejército.
Como todo conflicto, la guerra civil ha dejado cicatrices, heridas, imborrables en la memoria las cuales todavía tienen repercusiones al día de hoy; teniendo en cuenta que en pleno Siglo XXI, España se encuentra divida entre los rojos: Iglesias, P.S.O.E, con quien se reúne Petro bolsas permanente en sus visitas a Madrid; frente a los defensores de España como Vox y en algunos momentos el Partido Popular, con una fuerte inestabilidad política y desgaste del sistema democrático.
Puntilla: En Colombia, el caldo está listo.
Rafael Gómez Martínez
Publicado: abril 5 de 2022
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