Ni un paso atrás deben dar el Ministro Molano y el General Zapateiro. Ambos han actuado con patriotismo y firmeza para defender la institucionalidad. Aunque por intereses electorales la izquierda busque su caída, eso es lo último que necesita el País en estos momentos.
Por un lado, la operación militar que desplegó el Ejército en Putumayo bajo la dirección del Ministro Molano se hizo con total apego a la ley. Los uniformados no asesinaron civiles inocentes que caminaban desprevenidos por la zona, sino que dieron de baja a integrantes de grupos armados que estaban plenamente identificados por la inteligencia militar.
Como lo mencioné hace un par de semanas, hoy en día no se puede pretender que los miembros de esas organizaciones porten un camuflado todo el día. Las particularidades de la violencia son distintas a lo que ocurría hace unos años y la criminalidad sabe que mezclarse con la población civil le permite protegerse y desplegar una narrativa contra el Gobierno cuando se ejecutan las operaciones.
Por eso, ahora más que nunca es clave el fortalecimiento de las capacidades de inteligencia y contrainteligencia del Estado.
Por otro lado, lejos de recriminar la actuación del General Zapateiro, sus palabras son de admirar. Como Comandante del Ejército este oficial no puede permitir que se hagan acusaciones infundadas contra la institución y lo que hizo no implica participar en política, sino defender la integridad de los miles de uniformados que están bajo su mando, que merecen respeto y no tienen por qué ver mancillada su reputación a la ligera.
En efecto, no podemos acostumbrarnos a que los candidatos y, en general, aquellas personas que ostentan una dignidad pública acaben con el buen nombre de las Fuerzas Militares y nada pase. Normalizar esta práctica es algo sencillamente inaceptable. Los soldados y policías de la Patria son verdaderos héroes que sacrifican su vida por proteger a los colombianos y quienes los lideran deben salir a su defensa en la arena política sin titubeos, desde el Presidente, pasando por el Ministro y llegando a los Generales.
En últimas, no es raro que pasen este tipo de cosas en plena contienda electoral. Cualquier acción, decisión o escándalo repercute directamente en la opinión de los votantes. Por ello, la defensa a la institucionalidad desde el Gobierno y el Congreso debe ser implacable en estos momentos. La moción de censura contra el Ministro no tiene pies ni cabeza y su permanencia en el cargo está fuera de discusión.
Las Fuerzas Militares requieren de un liderazgo que no se amilane ante la adversidad y que afronte con valentía las infamias, tal como lo han hecho Molano y Zapaterio.
¡Adelante!
Publicado: abril 29 de 2022
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