Piedad Córdoba alias ‘Teodora Bolívar’ y Armando Benedetti son dos de los políticos más cuestionados de Colombia. Ella, por sus vínculos con las Farc y con la estructura corrupta de la dictadura venezolana y él por los múltiples delitos por los que está siendo investigado en Colombia.
Ambos lograron la protección de Gustavo Petro con quien sellaron un pacto de complicidades. Córdoba logró entrar a la lista al Senado y a partir del 20 de julio próximo volverá al Congreso desde donde desafiará a la sociedad colombiana con su presencia. Su apuesta consiste en lograr que la extrema izquierda la cobije y la blinde de cualquier acción de la justicia colombiana o estadounidense.
Benedetti, por su parte, se ha convertido en el hombre más importante e influyente de la campaña petrista. Es el consorte que el jefe socialcomunista ha escogido para que lo acompañe a sus giras dentro y fuera de Colombia. Resulta difícil determinar si el polémico dirigente barranquillero se sumó al denominado ‘Pacto Histórico’ por convicción o por simple conveniencia, buscando una garantía de impunidad.
Durante el interesante debate convocado por Semana y El Tiempo, ocurrieron dos eventos que son preocupantemente esclarecedores respecto del talante y del ánimo camorrero de los lugartenientes de Gustavo Petro. El primero de ellos corrió por cuenta de ‘Teodora Bolívar’. La candidata Íngrid Betancourt cuestionó a Petro por su alianza con Córdoba, mujer señalada de haber hecho política con lo secuestrados en poder de las Farc, hecho que está perfectamente probado y documentado.
La socia de Alex Saab reaccionó agresivamente a través de su cuenta de Twitter calificando a la doctora Betancourt de “desagradecida y cobarde”, arremetida que revictimiza a quien durante largos años permaneció secuestrada por las Farc y cuya liberación fue pospuesta, precisamente, por los cálculos mezquinos de la futura senadora ‘Teodora’.
Desconcertante la reacción de alguien que se dice integrante de una corriente que enarbola la supuesta “política del amor”.
El segundo caso de agresión corrió por cuenta de Benedetti. Petro asegura que en su campaña no hay espacio para los corruptos. Frente a dicha advertencia, acertadamente Fico puso en evidencia la contradicción al señalar que uno de los hombres más importantes del petrismo es, precisamente, Armando Benedetti que está vinculado mediante indagatoria a una investigación por el delito de enriquecimiento ilícito de servidor público y a quien la fiscalía, a diciembre del año pasado, le incautó buena parte de sus bienes con fines de extinción de dominio.
Benedetti, presente en el estudio donde se estaba desarrollando el debate, perdió el control. Empezó a gritar al candidato Gutiérrez. Cuando culminó el encuentro, aseguran personas que estaban presentes, arremetió contra él utilizando palabras de grueso calibre e intentó agredirlo físicamente, razón por la que el personal de seguridad se vio obligado a intervenir. Otra manifestación de la “política del amor”.
Y a todas estas, Petro guarda un silencio cómplice. A él le emocionan los ataques sistemáticos que emprenden sus lugartenientes, que han encontrado en las redes sociales un escenario perfecto para ‘matonear’ a millones de colombianos que expresan su desacuerdo con el discurso expropiador y socialista.
Publicado: marzo 16 de 2022
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