Después de conocerse los resultados de las elecciones del pasado 13 de marzo, donde Petro obtuvo 4.4 millones de votos para un total de 5.8 millones en la Consulta del Pacto Histórico, frente a 2.1 millones de votos de Fico Gutiérrez y 723 mil de Sergio Fajardo, algo quedó claro, y es que, aunque Petro no se acercó a los resultados que pronosticaban las empresas encuestadoras, que le ponían unos 7 millones de votos, es hasta hoy el candidato a la presidencia más opcionado, pero además, el más peligroso con su mejor arma, la palabra.
Es ahí en el discurso donde mejor lo hace y por eso sus detractores se atreven a decir que es un ‘encantador de bobos’, porque es muy bueno amoldando las palabras a su antojo y romantizando sus monólogos, él es sin lugar a duda, un depredador para el inocente e ingenuo, que se ha dejado convencer de un experto manipulador del significado y el verbo.
No muy lejos, en un reciente debate presidencial escuchamos a Petro proponer una reforma pensional en la que pretende, nacionalizar los recursos pensionales, tomar los ahorros de quienes hoy cotizan para pensión y llevarlos al sistema público para otorgar un fondo pensional mensual de 500 mil pesos a 3 millones de personas, en palabras concretas y como lo expuso en un hilo de twitter el economista y profesor de la Universidad Javeriana, Jorge Restrepo, lo que propone el candidato del Pacto Histórico solo tiene una palabra y un verbo, EXPROPIAR.
Nos viene ahora con el cuento que Colombia no vive en democracia y que su proyecto político propone democratizar los recursos de los colombianos, homogenizar las pensiones y renegociar los TLC, un discurso que lleva enmarcado un solo sello, el de la falsedad y la mentira, porque en cada palabra que recita lo dice, lo que busca es poder y por eso su única arma para convencer es el verbo que utiliza poniéndole una semántica distinta.
En fin, la no novedosa propuesta de Petro – Y digo no no novedosa porque en Argentina este modelo de usurpación de las pensiones ya fracaso – es una manifestación pública más que demuestra que el modelo de Petro es el modelo del socialismo del siglo XXI, lo que esto demuestra es que Petro no es más que un riesgo para la democracia colombiana, que aún con sus falencias, tiene la prominencia de reconocerse como la democracia más estable del continente.
Cuidemos la democracia, ojo que ya no sólo llegó el 22, sino estamos cerca a la primera vuelta, primera vuelta que tenemos que ganar con suficiente distancia para evitar que quien con aires dictatoriales pretende dejar en entre dicho la legitimidad de nuestro sistema electoral y del constituyente primario.
Ojo Petro no puede ser presidente de Colombia.
Publicado: marzo 20 de 2022
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