Si algo quedó demostrado esta semana es que la Av. Circunvalar no está diseñada para soportar el tráfico de carga pesada. Lo estrecho de la vía junto con las altas velocidades que se manejan crean un escenario perfecto para todo tipo de accidentes que involucran estos vehículos.
Claramente esta no es una circunstancia nueva. Constantemente se presentan colisiones y a la fecha no se ha tomado medida alguna. Volquetas y camiones de carga transitan por esta Avenida sin restricción horaria como si fuera una calle común y corriente, lo cual está lejos de ser.
En especial, porque la ventaja de la Circunvalar es al mismo tiempo su gran peligro. Al ser una vía que no tiene mayores conexiones con otras calles y que recorre el irregular terreno de los cerros orientales desde el centro de Bogotá hasta La Calera, con inmensos precipicios incluidos, los carros que la transitan están expuestos a altas velocidades, curvas peligrosas y carriles estrechos donde ni siquiera se pueden construir andenes relativamente decentes.
Prácticamente las personas que deben caminar por esta vía se someten a una ruleta rusa junto con los ciclistas que suben a patios arrinconados por los vehículos. Es una Avenida clave, pero que indiscutiblemente requiere ajustes.
Por ejemplo, corredores viales como la Autopista Norte o la Avenida Boyacá cuentan, dependiendo de la zona, con cuatro o cinco carriles por sentido. Hay un margen de maniobra mucho más amplio y el terreno es totalmente plano. No hay curvas, los carros realmente no están expuestos a una mayor exigencia y, en caso de accidente, es muy fácil reorientar el tráfico y rescatar a los heridos.
Sin embargo, eso no sucede en la Circunvalar. Solamente hay dos carriles por sentido y cada vez que se cae un árbol, se vara un carro o hay un accidente se paraliza por completo la vía. No hay forma de evitar el trancón que se puede extender varias horas.
Por eso, debido a estas condiciones particulares que acarrean un inherente riesgo para todos los actores viales, no se debería permitir el tráfico de carga pesada por allí. Sencillamente la Avenida no está diseñada para soportar ese tránsito.
Tan es así, que si hubiese sido un carro particular el que se quedó sin frenos esta semana, en vez de una volqueta llena de arena y material de construcción, seguramente el separador lo habría contenido y el carro no habría ido a parar al otro carril. Los fallecidos hoy estarían con vida.
Y en caso tal que sea estrictamente necesario el tránsito de vehículos pesados, el Distrito debería restringir su movilidad a las horas donde se presenta menor tráfico en la vía. De no hacer nada, como ha sucedido históricamente hasta ahora, la Circunvalar seguirá siendo una de las Avenidas más peligrosas de Bogotá.
Publicado: marzo 4 de 2022
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