Comentaría el doctor Rodrigo Noguera Laborde: La historia, decía Cicerón, es la maestra de la vida. Y es que la historia, al ensañarnos lo que ha ocurrió en el pasado, nos permite inferir en, buena parte, lo que va a suceder en el futuro (ver Noguera Laborde, Filosofía para profanos, 2019).
A su vez, el senador John Milton Rodríguez, de Colombia Justa y Libre, comentó en alguna entrevista que cuánta falta le hace Dios a Colombia, en estos momentos donde se han perdido todos los valores de nuestra sociedad, de nuestros jóvenes, consumidos en la droga y demás males que nos azotan.
Tiene razón, el senador Rodríguez.
En la práctica, desde que Colombia se desentendió de la palabra Dios en su constitución política en 1936 gracias al masón Echandía, el poder para qué, todos los males se advirtieron en el horizonte secular y pagano de la vida colombiana.
Hoy por hoy, basta con ver los titulares de las noticias para darse cuenta que la oscuridad de las tinieblas se apoderó de los corazones de Colombia.
Incluso, en la misma Iglesia Católica en cabeza del padre de Roux y la JEP Jesuita, al fin y al cabo.
Sostuvo Noguera Laborde que: Esa oscuridad de las tinieblas tiene una serie de repercusiones a nivel del comportamiento moral del individuo, a, que impiden comportarse de una manera correcta, correctamente.
Porque una cosa es comportarse de una manera correcta, por ejemplo, en el caso de Char con su matrimonio, pero otra muy diferente es comportarse incorrectamente al tener amoríos con una persona quien desde que comenzó su carrera política en Barranquilla se sabía de quién era.
Muy querida la niña, como decimos en Bogotá, pero todos, y todas, en Barranquilla sabían de quién era.
Tal vez, dirá Char, emulando a Samper, que todo fue a sus espaldas.
De paso, recordemos que el papi de Char, a nombre del glorioso Partido Liberal Colombiano, fue condenado durante el proceso 8.000. Le quitaron la visa americana por apoyar al gobierno corrupto y amoral del gobierno Samper en su momento.
Más adelante, Char fue socio de los Nule condenados por la justicia colombiana en la construcción de la vía Bogotá – Girardot y, si mal no estoy, por las basuras del Petro Caos en Bogotá.
Y, como quedó de bien diseñada y construida esa vía. Y los peajes, ¿No?
Y, pretendemos que sea nuestro presidente.
Si Samper fue presidente a pesar de tener todas las pruebas de los ingresos de los dineros del narcotráfico y del cartel de Cali durante su campaña, porque todo fue a sus espaldas; por qué no lo puede ser Char, persona intachable en los negocios, dicen en Barranquilla.
Pretendemos lavar las culpas y todos nuestros males sin ningún reato moral, como lo hiciera Pilatos con Jesús.
Esa doble moral de comportamiento humano, es la que tiene postrada a la sociedad colombiana.
Entonces, se entiende el porqué nuestra sociedad está enferma, moralmente enferma, como bien lo comentó el Dr. Alejandro Ordoñez Maldonado en su momento a quien le enviamos un saludo de solidaridad por la enfermedad que padece su señora esposa.
El relativismo moral en el que ha caído la sociedad del siglo XXI de Occidente, como bien lo planteó Plinio Correa de Oliveira, le está haciendo perder sus valores que alguna vez tuvo, si es que los tuvo.
Puntilla: Mientras tanto, Piedad Córdoba con su turbante rojo, rojito, como decía Chávez, sostiene que no, que lo de ella es hacer empanadas. Y que tal Yo, Claudia, deje así. Nos mereceremos nuestra suerte…
Rafael Gómez Martínez
Publicado: febrero 8 de 2022
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