La exsenadora y traficante de secuestrados Piedad Córdoba está desesperada. Sus recientes apariciones delatan el miedo que la embarga por cuenta de los graves señalamientos que se han venido haciendo en su contra respecto del manejo sucio e inhumano que le dio al proceso de liberación de secuestrados en manos de la banda terrorista Farc.
Nadie imaginaba que la investigación que hace más de una década estaba durmiendo el sueño de los justos en algún anaquel de la Corte Suprema de Justicia fuera a despertar.
De manera silenciosa, pero con el debido rigor, la magistrada de la sala de instrucción Cristina Lombana se dio a la tarea de practicar las pruebas, tarea que nunca nadie había querido hacer.
Y en esa labor, apareció el testimonio de un testigo clave: Andrés Vásquez, antiguo asesor y hombre de confianza de Córdoba.
Desde el exilio, Vásquez le contó a la justicia colombiana pormenores de las actividades ilegales en las que estuvo involucrada la exsenadora Piedad Córdoba, allegando pruebas que la dejan muy mal parada y que la ponen en serios problemas no solo con la justicia de Colombia sino con la de los Estados Unidos, toda vez que involucra a 3 ciudadanos de ese país que estaban en poder de las Farc: Marc Gonsalves, Keith Stansell y Thomas Howes.
En medio de su tormento, Córdoba -conocida en las filas del terrorismo con el alias de Teodora Bolívar-sorprendió a la opinión pública con una historia que desde el comienzo resulta inverosímil y que, en pocas horas, quedó perfectamente desmentida.
Según ella, a su correo electrónico llegó un email remitido desde la cuenta [email protected] y alegó, temerariamente, que el dueño de esa dirección era el doctor Mario Hernández, funcionario de la Embajada de Colombia en los Estados Unidos.
Expertos en informática aseguran que el dominio “null.net” es utilizado precisamente para ocultar identidades y evitar que se conozca realmente quién es la persona que está detrás del correo enviado. Normalmente se acude a cuentas de ese dominio con el fin promover actividades ilegales como juegos y apuestas, pero también para enviar -o posiblemente autoremitir- mensajes anónimos.
Ahí está un primer hecho supremamente sospechoso.
Pero el contenido del correo es tan burdo que, además de indignación, produce risa. Según el interesado interlocutor de Teodora Bolívar, el embajador de Colombia en Washington Juan Carlos Pinzón habría sostenido una reunión con quien es presentado como el subsecretario de Estado para el hemisferio occidental, Michael Kozak el día 16 de febrero de este año. Dicho encuentro tuvo el propósito, según el correo electrónico, de incentivar a las autoridades estadounidenses para que emprendan acciones legales contra Piedad Córdoba que desemboquen en una solicitud de extradición en contra de ella.
La fábula se desploma en un abrir y cerrar de ojos. A quien haya preparado ese “conveniente” anónimo no se le ocurrió hacer una rápida revisión en Google para confirmar cuál es el cargo actual del señor Kozak. Al hacerlo, se encuentra que ese importante funcionario de la diplomacia estadounidense desde enero de 2021 -hace más de un año- se desempeña como funcionario senior de la Oficina de Justicia Criminal Global del Departamento de Estado.
Pero aún más: a través de un video absolutamente contundente, el embajador Pinzón dejó sentado que jamás se ha reunido con Kozak mientras se ha desempeñado como embajador en los Estados Unidos.
Cuando la Córdoba ventiló el correo a través de su cuenta de Twitter aseveró que, en el complot contra ella, también está participando el exprocurador y actual jefe de la misión de Colombia ante la OEA, Alejandro Ordóñez Maldonado. ¿De dónde sacó ese nombre si en el email apócrifo no se menciona en ninguna parte a Ordóñez?
Esto no puede quedarse en el mundo de lo anecdótico. En su pronunciamiento, el embajador Pinzón Bueno anunció que autoridades colombianas y estadounidenses harán la respectiva investigación sobre el correo, su origen y autor, pues involucra a diplomáticos de ambas naciones.
La jugarreta le salió mal a Córdoba y, seguramente, las consecuencias de esa farsa serán importantes. Cruzó una línea muy delicada, pues la falsa denuncia hecha por ella pone en riesgo la integridad de un agente diplomático de los Estados Unidos, hecho que no puede pasar desapercibido.
¿Hasta dónde será capaz de llegar para desviar la atención de los graves problemas que pesan sobre ella? La respuesta se la dio a este portal un exsecuestrado que pidió reserva de su identidad: “Si Piedad Córdoba fue capaz de manipular políticamente nuestra libertad, no tiene problema en mandar a falsificar un correo electrónico para salvar su pellejo”.
Publicado: febrero 23 de 2022
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