La izquierda también participa

La izquierda también participa

Izquierda colombiana, Petro, Robledo, Teodora de Bolívar, Iván Cepeda, Roy Barreras, Claudia López y señora, y un largo etcétera, donde se incluyen los verdes, los liberales izquierdosos, y hoy también las Cortes, con muchos miembros adeptos a esa doctrina, no pueden sustraerse de lo que ellos llaman “la corrupción de la clase política tradicional”, porque ellos mismos son parte de esta.

Todas sus vidas han vivido del Estado como funcionarios públicos, en cargos tan relevantes como la alcaldía de Bogotá, el Senado, la Cámara de Representante, jueces y magistrado de las Cortes.

Ellos hacen parte de esta “clase”, tanto como los liberales y conservadores con sus respectivas variantes; Cambio Radical, partido de la U, y no son una opción desprendida de esta premisa: “Clase Política Corrupta Tradicional”.

Sin embargo, el grueso de la nación no da cuenta de esto, y el discurso populista que tiene la solución a todos los problemas que la misma izquierda ha sido participe, no los incluye y aparentemente los prefiere. Y han sido tan corruptos como los otros, que por ejemplo Teodora se atreve a jugar caprichosamente con la vida de los secuestrados por la delincuencia, hoy más poderosa que nunca por fuerza del narcotráfico, que además el acuerdo de La Habana propicia y protege.

A los que se suman como otros ejemplos, los desmanes corruptos de la alcaldía de Petro, el bandidaje de Roy Barreras, el inmundo ilícito de los nietos de Rojas Pinilla en Bogotá, en fin, están tan untados que no pueden llamarse una nueva opción política.

Pero aparte de esto, Colombia es un país sui generis, es una de las democracias más viejas y solidas del continente americano. El colombiano detesta la izquierda, así se presenten como una opción fresca. Los colombianos nos somos como los cubanos, que es un pueblo vencido; solo hasta 1898 se independizaron de España, porque son un pueblo parásito, son como rémoras, además arropados por el odio de los Castros.

Los venezolanos que en sucesivos gobiernos dictatoriales han estado por décadas marchando para salir de ellos y no pueden, para la muestra el Chavismo tiene ya 20 años. Eso en Colombia no es posible, los colombianos no lo permitirían tanto tiempo. Bolívar bien señalaba que Venezuela estaba hecha para ser un presidio, como decía que Quito fuera un monasterio y Colombia una universidad.

Las encuestas casi todas amañadas y muy emocionales, dan de ganador a Petro, que, en tantos años de campaña, y cuatro años después de la campaña pasada, ha subido 3 puntos, es decir de 24 en el 2018 paso a 27 en 2022. No pasa de allí, porque en Colombia el voto a pesar del resentimiento y hasta con mucha razón, votan con el cerebro, como se va demostrar el 13 de marzo para el congreso y en mayo y junio para las presidenciales.

 ¡Colombianos a votar con la razón y no con el corazón!

@GabrielTorices

Publicado: febrero 24 de 2022

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