Reveló el exfiscal general Néstor Humberto Martínez que desde el año 2018 múltiples empresarios e inversionistas están incluyendo la denominada ‘clausula Petro’ para efectos de proteger sus capitales, algo perfectamente comprensible dada la incertidumbre y, porqué no, pánico que produce la posibilidad de que Gustavo Petro sea el próximo presidente de la República.
La clausula se limita a poner en suspenso la ejecución definitiva los contratos hasta que se definan las elecciones presidenciales. Es natural que quienes van a realizar inversiones sin importar el monto de las mismas, busquen salvaguardar su dinero. La amenaza de expropiación asusta hasta al más avezado de los inversionistas.
La situación, cada vez más frecuente en la celebración de acuerdos contractuales es el reflejo de lo que podría sucederle a la economía colombiana en caso de que Petro gane las elecciones.
El siniestro exdirector del DAS en el narcogobierno de Ernesto Samper, Ramiro Bejarano, ha salido a decir que dicha clausula se constituye en un constreñimiento a los electores, tesis enrevesada que no tiene sustento jurídico ninguno y que, en cambio, delata el compromiso que ese polémico exfuncionario samperista tiene con la causa socialcomunista.
Otro dato proveído por Néstor Humberto Martínez en entrevista con la directora de Semana Vicky Dávila es altamente preocupante. Según él, alrededor del 50% de los contratos que se están suscribiendo en el país tienen incluida la dichosa clausula.
No se trata de manipular a los ciudadanos, sino de poner en evidencia las nefandas consecuencias que traería la posible victoria de Petro. La maltrecha economía colombiana se irá al traste y, muy posiblemente, se presentará un fenómenos similar al que sufrió Chile luego del triunfo del socialista Gabriel Boric. La moneda de ese país se devaluó y la bolsa de valores se fue al piso.
No solo no hay que cuestionar a la ‘clausula Petro’ sino que debe estimularse. Es un imperativo moral facilitar la protección de los patrimonios ante la amenaza cierta de que estos sean expropiados por el régimen que planea entronizar la extrema izquierda en Colombia.
Publicado: febrero 2 de 2022
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