Las grandes ciudades por el hecho de recibir personas de diferentes regiones terminan perdiendo el sentido de pertenencia de sus habitantes. El bogotano de antaño ya prácticamente no existe. Esto ha hecho que Bogotá sea cada día más hostil y esté más descuidada y caótica.
Obviamente si tuviéramos una eficiente administración sería diferente. Desafortunadamente elegimos mal. Pasó lo que viene pasando hace muchos años: los egos y personalismos dispersan el voto y la persona que gana no tiene ni siquiera la representatividad necesaria para actuar.
El presupuesto de la ciudad supera los 25 billones de pesos anuales. Parte de este se debe dedicar a inversión y mantenimiento. Para esto es necesario tener, fuera de planeación y criterios técnicos, sentido común. Pero cada día pienso más que se carece de los tres.
Los bogotanos eligieron a Claudia López después que ella liderara una batalla contra la corrupción que le costó a los colombianos más de 300.000 millones de pesos, esto sin duda la catapultó a su alcaldía. Adicionalmente prometió gobernar con los mejores y hacer los nombramientos con meritocracia. No hizo ni lo uno ni lo otro. El equipo cercano, que toma decisiones es nombrado a dedo, con base en recomendaciones políticas y en muchos casos son familiares de los políticos que la apoyaron en campaña.
Aunque los colombianos conocíamos algunos rasgos de la personalidad de la mandataria, después de su elección nos encontramos con una persona autoritaria, llevada de su parecer y que antecede su voluntad sobre el bien común de los habitantes. Esto ha hecho que se tomen decisiones en cuanto a movilidad y seguridad erróneas. Además, está haciendo casi todo lo que criticó de administraciones anteriores, por muchas de estas los bogotanos le dieron su voto.
Muchas personas consideran que ella se siente incómoda en el cargo, nunca había tenido la experiencia de dirigir una empresa, mucho menos de estas magnitudes. Su mundo es más cercano al debate diario y a la interpelación. Es por eso que en muchas ocasiones sus comentarios parecen más de una persona en campaña que de un burgomaestre. Su participación en política con algunos de sus comentarios la tiene ante las cuerdas en la Procuraduría, esperemos que la Doctora Cabello tenga la fuerza y razones para retirarla del cargo. Por mucho menos han caído alcaldes y gobernadores en otras ocasiones.
Una ciudad tan grande y complicada hace que sus decisiones no sólo impacten a sus habitantes sino también a los municipios vecinos. Esto al parecer la tiene sin cuidado, aunque se vanagloria con su mejor amigo, el Gobernador de Cundinamarca, de sacar adelante la Bogotá Región. Cero ha hecho para arreglar las entradas y salidas de la ciudad; cada vez están mas caóticas, y el POT que terminó aprobando por decreto y que, seguramente se va a caer, genera un impacto negativo al terminar fomentando el crecimiento de las ciudades dormitorio con la prohibición de construcción de vivienda pequeña, de una alcoba.
Todo lo anterior no es percepción: más del 80% de los bogotanos piensa que su cuidad va por mal camino, y su popularidad ha bajado desde niveles del 85% al 30%.
Para terminar, recordar que llevamos dos años desde su posesión y el Metro no empieza. No hay ninguna obra de relevancia de sus autoría. Los bogotanos sólo vemos caos.
Publicado: febrero 1 de 2022
5