¿Por qué algunas naciones son más prosperas que otras?
Algunos teóricos, como diría Murdock en Les Luthiers, sostienen que las naciones son más poderosas que otras por su ubicación geográfica, por efectos climáticos o porque se ganaron la lotería con la explotación de los recursos naturales como lo es la península arábiga.
Sin embargo; hay dos factores, según Acemoglu y Robinson, que son fundamentales para encontrar una respuesta a esta pregunta tan compleja pero tan sencilla a la vez.
El primero de ellos, corresponde a las políticas económicas que se diseñan e implementan las cuales tienen efectos a nivel micro y macro económico en la sociedad en general.
Está el caso de Argentina, por ejemplo, un país que cuenta con todo los recursos naturales para ser una nación rica y poderosa, la más poderosa y rica del continente latinoamericano.
Sin embargo, sus políticas económicas enfocadas hacia el fracaso del socialismo, al asistencialismo estatal sumado al nacionalismo argentino gracias al peronismo, en primera instancia, al kirchnerismo, en tiempos recientes, llevaron a todo un país a la lumpenización de su sociedad, en general, que tiene como Dios a Diego Armando Maradona.
Según Acemoglu y Robinson, el segundo factor del porqué fracasan los países se encuentra en su gente.
Ponen como ejemplo a los Estados Unidos. Fue, su gente migrante que la puso en el primer lugar mundial y del cómo su misma gente se está encargando de poner en un lugar deprimente a la nación más rica y poderosa gracias a un presidente como Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, mujer ambiciosa.
Para Colombia, es deprimente ver como su propia gente se encarga de acabar y destruir lo poco bueno que tenemos.
La semana pasada, conversando con un profesor a quien no veía desde la pandemia, me comentó que en términos generales desconfía del colombiano por su capacidad de destrucción.
“Una capacidad de auto destrucción infinita sin importar lo ajeno, pasando por encima de todo, de todos”, me comentó.
Si, miramos el caso de la Selección colombiana de fútbol, son sus mismos jugadores, comenzando por James, quienes se auto destruyen por su propia vanidad y ego.
Ni, hablar de los Independiente Santa Fe, le dije: sin vanidad, ni ego, pero autodestruidos, como en Misión Imposible.
Lo que pasó después de la pandemia con los paros es una muestra de ello.
Al final, costaron más los paros que la misma pandemia.
Y, se vienen nuevos paros.
Y, la minga que se encuentra instalada en el parque nacional desde hace dos meses exigiendo unos contratos para salirse de ahí.
Y, va la minga de nuevo para Cali a destruir ante el silencio cómplice de su alcalde, del presidente, comentaba con rabia e impotencia.
Y, el Partido Conservador no se queda atrás.
Eligieron a puerta cerrada, a hurtadillas, al senador David Barguil quien acto seguido entrega el partido a la coalición de la experiencia encabeza por Dilian Francisca Toro del Partido de la U, de Uribe, partido que tiene secuestrada la salud en el Valle del Cauca, mientras las vías secundarias y terciarias de su departamento se encuentran destruidas y abandonas.
Echeverry, aquel ministro, quien nos quedó debiendo explicaciones, junto con Cárdenas, otro dizque conservador, sobre el caso de Reficar durante el gobierno corrupto y amoral de Juan Manuel Santos. Echeverry, nos tumbaron.
Y Fico Gutierrez quien tiene un proceso abierto en la F.G.N.
Entre los crespitos de Fajardo y las tenazas peludas y diabólicas de Gaviria ….
¿Experiencia para qué?
De paso, las coaliciones que se están presentando al final no son más que una compra de votos camufladas donde cada uno de sus integrantes se reparte la bandeja de contratos y burocracia y unos pesitos por cuenta de la reposición de votos.
¿Las lentejas para quién? Preguntaba, Laureano.
Puntilla: Petro de tonto no tiene un pelo. Por algo, decía Álvaro Gómez Hurtado que es muy peligroso.
Rafael Gómez Martínez
Publicado: noviembre 23 de 2021
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