Hay mucho de maldad por parte de nuestros gobernantes al no decidir construir las vías terciarias como bien lo plantea María Fernanda Cabal Molina.
Pareciera que los gobiernos necesitaran perpetuar esta política para tener a los pueblos sometidos en la estrategia que al abrir el mercado y permitir su desarrollo, sea definitivamente abrirse a la libertad humana y esto no es conveniente.
Las vías terciarias son la necesidad más urgente de la ruralidad colombiana, para poder sacar las cosechas, los productos de la minería, la ganadería, como lograr la accesibilidad a los servicios sociales del Estado y permitir la inclusión al conocimiento.
Cada vez que asisto a las conferencias de María Fernanda salgo desconcertado de la cruel realidad de Colombia. Sus diagnósticos son abrumadores, porque como dice su slogan: dice las cosas como son. Y salgo algo afligido porque a nadie le gusta que le digan la verdad de forma tan real como lo hace ella, porque pareciera que no hay salida, que casi 200 años de vida republicana han sido una trampa y un engaño.
Cabal Molina devuelve la esperanza cuando con sus ideas plantea la necesidad urgente de minimizar el monstruoso Estado que tenemos, que gasta el 65% de su presupuesto en burocracia, sin meter en esta cuenta el servicio a la deuda que se lleva otro 10%, y que no otra cosa que vivir fiado porque gastamos mucho. Que equivale a decir que usted para vivir necesita ir todos los meses a una compra venta para entregar sus bienes. No puede seguir siendo posible que de los ingresos a las arcas el 75% se gaste en adminístralo. Como tampoco puede ser posible que las empresas y los individuos tengan que pagar al Estado el 73% de lo que producen. Es decir, si usted se gana 100 pesos 73 tiene que dárselos al gobierno. Como es inaceptable que existan 5 millones de empresarios víctimas de los altos interés del “paga diario” y que el acceso al capital siga siendo tan restringido.
Minimizar el Estado es precisamente todo lo contrario a lo que la izquierda plantea: un “Estado Gigante”, que regula todo: la producción, el mercado, las políticas, la ley, hasta la vida personal de los individuos, acabando con el libre mercado que es la esencia de la libertad humana.
Cabal plantea lo que hace mucho tiempo se debió hacer, darles el poder a los empresarios e industriales y minimizar el de los políticos. Nunca pudimos participar de la ya vieja pero aún vigente Revolución Industrial, que nos dejó atrás. Pero si podemos hacerlo con la Revolución Digital, plan que María Fernanda está desarrollando porque es la herramienta para acabar con los detestables Oligopolios.
Cabal con muy buena visión plantea un Estado moderno, y que si no evoluciona en su estructura y funcionamiento, atendiendo los retos del mercado y de la justicia social seguirá siendo un Estado Fallido.
Publicado: octubre 8 de 2021
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