Es doloroso sentir cómo lo anunciado, lo lamentablemente anunciado, se cumple, se materializa, se concreta. Es como si la maltratada y estrangulada Memoria Histórica, no existiera; Ya no vale ni lo de los escritores.
Se dijo hasta la saciedad que aquel espurio y subrepticio acuerdo de La Habana, nos iba a traer consecuencias nefastas. Hoy desgraciadamente las estamos sufriendo: padecer la polarización en cada esquina, un escupitajo en Facebook, una amenaza de muerte vía Twitter y así de manera sucesiva, se han convertido en las nuevas formas para acabar con la humanidad.
En lo propio, lo de La Habana, es la evidencia de un logro significativo del propósito claro y manifiesto de la intención comunista del continente. Por eso el Nobel, no sólo necesitaba regalarle las 10 curules a los terroristas, sino que también tenía que inventarse 16 problemas para el país. Esas 16 “curules para la Paz” no son para las víctimas y así como alguna vez lo dije: “esas son para la guerrilla”; con seguridad estas también.
A quienes hemos luchado por la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, nos sigue doliendo ver cómo la vida pasa frente a nosotros impunemente. Desde que tengo consciencia me decían “esto no va a quedar así”; hoy estando de acuerdo les respondo: “claro, hoy es peor”.
Nuestro noble y bien intencionado presidente, ha salido a decir con vehemencia que va a interceder hasta personalmente, si fuera necesario, para garantizar que esas curules, tengan como destino único e intransferible a las víctimas que para esos escaños se postulen. Yo les puedo asegurar que las 16 ya se las “feriaron” entre sujetos oscuros de la izquierda agazapada y que pasará como en los tenebrosos procesos de restitución de tierras, donde los victimarios se hacen pasar por falsas víctimas. Y esto lo digo con conocimiento de causa, por haber sido abogado de legítimos propietarios de predios reclamados en restitución por bandidos que se hacen pasar por desplazados y a quienes, en algunos casos, les hacen una expropiación de su patrimonio conseguido con esfuerzo, para entregárselo a esos carteles de falsas víctimas.
Hace falta mucho más que eso señor Presidente, hace falta más que su indignación y tono de voz garantista en favor de las víctimas, que recibimos con beneplácito, pero con beneficio de inventario. Ejemplo de ello son los 32 años de vergonzosa impunidad en la masacre Avianca y por la que he luchado sin descanso, y que hoy sirve para adornar los anaqueles de un despacho en estado de “investigación preliminar”. Necesitamos entes, como la Fiscalía General de la Nación, que no hable tanto supuestamente en favor de las víctimas, para adelantar procesos de Lesa Humanidad y que más bien den demostraciones tangibles de gestión judicial.
Advierto que mi solicitud, mi escrito y columna, quedarán para el lector amable que tenga a bien dar su opinión, pues no se rasguen las vestiduras, pero de esto ya sabemos y no es nuevo: esas 16 no son para las víctimas.
Estoy seguro de que las 16, es otra de las mentiras que revictimizan a este país.
Publicado: octubre 16 de 2021
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