Durante los últimos años la izquierda populista en América latina se ha venido apropiando de diferentes palabras y vocablos para definirse y llegar a la población joven, palabras como progresista o decente los hacen verse como si estuvieran inventándose un nuevo camino de esperanza para acabar con la desigualdad o con la pobreza cuando de verdad hacen todo lo contrario.
Adicionalmente han logrado cautivar a las minorías étnicas, sociales y sexuales, haciéndoles creer que con ellos podrán tener todo lo que no han tenido por siglos, que ellos los representan, y a generar una animadversión por quienes defienden principios éticos y morales que muchos consideramos pilares de la sociedad, lo viejo es retrógrado.
La ideología de género, el aborto indiscriminado, el lenguaje inclusivo, la eutanasia y el consumo recreativo de estupefacientes se han convertido en las luchas de esta izquierda que busca llegar al poder para cambiar el modelo económico actual por uno comunista o estatista que de lejos es más retrógrado que el actual.
El comunismo es un modelo económico y social fracasado, que empezó a principios del siglo pasado con las teorías de Marx, que funcionó en la antigua Unión Soviética y en otros países de Europa oriental, llegó a América por Cuba donde lleva más de 50 años generando hambre y pobreza. Hoy en día este modelo fue adoptado hace 20 años por Venezuela y convirtió al país más rico de Latinoamérica en uno de los más pobres. Si esto es lo nuevo, lo progresista, estamos mal.
De acuerdo con La Real Academia Española de la lengua la palabra retrógrado significa “Dicho de una persona: Partidaria de instituciones políticas o sociales propias de tiempos pasadoso contraria a innovaciones o cambios.”, así mismo los sinónimos de retrógrado son anticuado, arcaico, obsoleto o desusado, y su antónimo progresista. Como podemos ver es además un término despectivo, que busca rebajar intelectualmente al quién piensa diferente.
Tengo que decir que si por defender el derecho a la vida desde la concepción, estar en desacuerdo con la legalización de la droga, defender la familia como base o pilar de la sociedad, la economía de mercado, el emprendimiento privado y el libre mercado me hace retrógrado, estoy orgulloso de serlo.
Pero una cosa es lo que quieren los dirigentes y otra muy distinta es lo que quiere la población, la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría de la revista Semana lo corrobora cuando a la pregunta: ¿Está usted de acuerdo con la legalización de todas las drogas? La respuesta arrojó un resultado contundente, el 72% de los colombianos dijeron que No, seguramente si hubiera mas preguntas de esa índole las respuestas serían parecidas, este resultado me llena de esperanza en nuestro país porque al parecer no soy el único retrógrado que vive en Colombia, somos mayoría.
Parece que afortunadamente todavía no tengo que saludar buenos días todos, todas y todes, ni decirle a los que tienen la palabra portavoces y portavozas, o tener en una asociación miembros y miembras, o que para las elecciones del año entrante haya votantes y votantas.
Publicado: septiembre 13 de 2021
5
4.5