Mirando los últimos acontecimientos del país creo que Álvaro Gómez Hurtado se quedó corto cuando habló del régimen, quienes son sus miembros y hasta donde están dispuestos a llegar con tal de mantener sus privilegios. Los orangutanes que han tratado de incorporar en una ley como la ley de Presupuesto Nacional lo demuestran.
Los colombianos cada vez creen menos en los políticos, de hecho, gran parte de la votación de las elecciones parlamentarias vienen de lo que llaman “Clientela” que es el voto amarrado bien sea por compromisos políticos, por puestos o contratos en el sector público o por la mala práctica de la compra de votos. Aunque el voto de opinión que es el que una persona medianamente informada define libremente por quién votar despues de hacer oído y estudiado su programa es cada vez mayor, nos falta mucho para que este sea mayoría.
La ley de garantías no es la solución para acabar la corrupción, pero si ayuda en algo, el simple hecho que no se pueda contratar o nombrar personas unos meses antes de unas elecciones hace más difícil que se mal usen recursos públicos para favorecer a determinados candidatos. De aprobarse acabar con la ley de garantías no solo se liberaría la posibilidad que el gobierno nacional contrate si no también lo podrán hacer los entes territoriales, mejor dicho, será la feria del derroche y la corrupción.
Por otro lado, en el Congreso pasaron una ley que acepta el traslado express de determinadas personas a Colpensiones desde los fondos privados para mejorar su pensión, hablan qué solamente podría generar un hueco fiscal adicional de 3.5 billones, ese no es solo el problema, este radica también en el aumento de la inequidad y la desigualdad, cada vez que se le entrega una pensión alta no merecida o ahorrada se dejan de entrar recursos para los menos favorecidos. Como no preocuparse como ciudadano que se abran huecos adicionales en un país que necesita hacer todo lo contrario.
Un precandidato presidencial, que tildan de intelectual, de gran economista, promueve que se cree una renta básica para los jóvenes menores de treinta años, es inconcebible que se trate de crear una generación de vagos, de arrimados cuando están en plena juventud y capacidad de trabajo mientras a los adultos mayores que no tienen como trabajar reciben migajas para sobrevivir y muchos de ellos están en situación de indigencia. Esta es la típica propuesta politiquera que pretende llegar a esos millones de jóvenes que podrían votar en estas elecciones, como dicen, todo sea por ganar.
Como ven los miembros del régimen independientemente de su partido político o su ideología quieren mantener sus privilegios, no quieren entregar el poder a personas nuevas o diferentes, por eso hacer leyes que terminen beneficiándolos a ellos mismos es una prioridad.
Los partidos políticos deberían hacer una calificación a todos y cada uno de sus congresistas elegidos en el 2018 mirando asistencia, cantidad de leyes presentadas, ponencias y trabajo legislativo para definir si son merecedores de volver a recibir el aval, si no podrían entregárselo a personas nuevas que quieran hacerlo. Soñar no cuesta nada.
Publicado: septiembre 27 de 2021
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