Veintitrés años transcurrieron desde la última vez que el Concejo Distrital aprobara una moción de observación a un funcionario de la administración. El turno, en esta ocasión, fue para la señora Ana María Ruiz gerente del Canal Capital. Aportante a la campaña de Claudia López, y seguramente aliada inmensurable en los manejos indebidos, y peor aún, descorazonados despidos masivos de trabajadores, en medio de una visible crisis.
La moción de observación y el debate de control político realizado por la corporación, nos mostró que el canal de los bogotanos, como la ciudad en sí, está a la deriva de los caprichos prepotentes de nuestra alcaldesa. El Canal Capital, hoy, una entidad totalmente ineficiente, ha sido entregada como premio a una inversionista de la campaña de la señora alcaldesa, donde es evidente y a la orden del día, la burocracia desmedida, el favorecimiento a amigos, derroche de recursos, hasta llegar a lo que al parecer se ha convertido en una regla en casi todas las entidades del distrito: la contratación a dedo.
Y es que el tema no es menor. De acuerdo con la Resolución 149-2019 de Canal Capital el presupuesto de la entidad asciende a la cifra de 64 mil 654 millones de pesos. Una cantidad muy importante de recursos que hoy podrían encontrarse en riesgo debido a las decisiones clientelistas y poco técnicas de una alcaldesa comprometida con cumplirle a sus financiadores sin importar las necesidades de una ciudad agobiada por la crisis sanitaria, social y económica. Toda una líder del siglo XXI.
La señora Ana María Ruiz, gerente del Canal Capital, aportó 31 millones de pesos a la campaña de la entonces candidata a la alcaldía de Bogotá, Claudia López, tal como está registrado en el portal de Cuentas Claras. Hasta ahí todo bien. Cualquier colombiano está en libertad de aportar y financiar a cualquier candidato en el marco de las distintas elecciones que se desarrollan en nuestro país. Ahora, el hecho de entregar la dirección del canal público de los bogotanos a una de sus aportantes, lo cual hay que aclarar no constituye ningún delito, dejó un “mal sabor” dentro de los ciudadanos y servidores públicos que creemos en la transparencia como principio rector de la gestión pública. Cualquier desprevenido podría hacer la siguiente operación matemática y no estaría nada lejos de la realidad:
“Claudia López remuneró cada peso ($1) que Ana María Ruiz invirtió en su campaña a la alcaldía de Bogotá, con ($2.085) dos mil ochenta y cinco pesos de presupuesto en el Canal Capital. Si la señora Ruiz permanece en el cargo durante todo el periodo de López la relación subiría de $1 a $ 8.000 pesos aproximadamente”.
Como se ve a simple vista un gran negocio para aquellos que buscan a través de los votos ciudadanos apoderarse del erario y repartírselo como botín. Lo grave del asunto es que aparentemente está movida fue amparada, cobijada, respaldada, gestionada y protegida por la autodenominada adalid de la lucha anticorrupción y la transparencia en Colombia: Claudia López. Cuando escribo estas líneas, llegan a mi mente fragmentos del poema del poeta antioqueño Jorge Robledo Ortiz:
“…Si quiera se murieron los abuelos, creyendo en la blancura de los cisnes …“
Pregunto: ¿Qué pasó con una de las promesas de campaña de la alcaldesa López de acabar la contratación a dedo? Parece que olvidó que la consulta anticorrupción le sirvió como plataforma para promocionar su nombre ante los bogotanos, y como todo lo de éste gobierno, se quedó en palabras, en palabras que se llevó el viento. Hoy en Bogotá es muy raro que se contrate por licitación y los concursos de méritos parece que están prohibidos.
Alzo mi voz para pedir a la señora Ana María Ruíz, un acto de dignidad y de responsabilidad con la ciudad, y se aparte del cargo. Le pido a la alcaldesa López reconozca la grave situación que ha quedado en evidencia durante el debate y que motivaron la moción de observación; que tome medidas inmediatas para proteger los recursos y el patrimonio de los bogotanos. Doctora Ruiz, apártese de su cargo, permita que Canal Capital desarrolle efectivamente su objetivo, y deje de ser un fortín de candidatos al congreso afines a la alcaldesa, que se convierta en un medio de comunicación al servicio de los bogotanos; la campaña terminó hace dos años.
Nuevamente expreso que algo debe estar pasando en la Administración Distrital. Cada vez encontramos en nuestro ejercicio de control político, cifras y situaciones verdaderamente escandalosas y alejadas de lo que verdaderamente necesita Bogotá. Lo denuncié hace algunas semanas en un debate de control donde se evaluó la gestión del director del IDU, lo hice también hace algunos meses cuando denuncié públicamente al ex secretario de seguridad, Hugo Acero y ahora nos volvemos a encontrar con el mismo fenómeno en Canal Capital, repetitivo, por no decir que ya normal, la administración de Bogotá está acudiendo casi que exclusivamente a la contratación directa como mecanismo de selección de sus contratistas, lo cual, por supuesto, nos llena de preocupaciones.
Del ´Desastre Capital´ solo queda por decirle a la alcaldesa Claudia López, que ya es hora de gobernar para los habitantes de Bogotá.
Publicado: agosto 8 de 2021
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Los senadores de Colombia deberían legislar para que los aportantes a campañas políticas no puedan ser elegidos para ser parte de ninguna empresa estatal, durante el tiempo en el que si dicho candidato es elegido, ocupe el cargo. Esa maldita corruptela tiene que acabarse de una vez por todas.
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