Abundan los casos de ciudadanos extranjeros que han estado vinculados con grupos armados ilegales colombianos. El ejemplo más claro es el de la holandesa Tanja Nijmeijer alias Alexandra quien se “enamoró” de la guerrilla en la que cometió toda suerte de delitos, muchos de ellos crímenes considerados de lesa humanidad. Aún tiene vigente una Circular Roja en su contra y es esperada por un tribunal de los Estados Unidos donde será juzgada por el secuestro y asesinato de ciudadanos norteamericanos.
Muchos se preguntan porqué la Nijmeijer continúa en Colombia. La respuesta se encuentra en el acuerdo ilegítimo entre Santos y las Farc. Uno de los puntos consiste en que el Estado debe garantizar la permanencia en el territorio nacional de extranjeros que hayan pertenecido a la guerrilla.
Y esa garantía quedó plasmada en el decreto-ley 831 de 2017 por medio del cual se creó la denominada “visa de residente especial de paz”, documento migratorio que en la práctica sirvió para que cualquier criminal extranjero que goce del aval de las Farc pueda, como dice la norma “fijar su domicilio en Colombia y establecerse en el país de manera indefinida”.
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Por allá en el año 2005, Colombia se escandalizó con la noticia de que una ONG de Dinamarca –Rebelión- había recolectado fondos que le fueron donados a las Farc. La vocera de esa organización, Christine Lundgard con toda desfachatez justificaba la entrega de recursos -$8500 dólares- alegando que las Farc eran una organización legítima que luchaba contra un régimen opresor.
Esa operación no quedó en la impunidad. El gobierno de Dinamarca investigó y, al cabo de los años, terminó imponiendo sentencias condenatorias en contra de algunos de los integrantes de Rebelión, sanciones impuestas en el marco de la ley antiterrorista de ese país.
En días pasados, se conoció el caso de alevosa ciudadana alemana Rebeca Sprößer miembro del grupo terrorista fundado y financiado por el senador socialcomunista Gustavo Bolívar Primera Línea.
Esa mujer evidentemente estaba violando las leyes colombianas al integrarse a una organización al margen de la ley, razón por la que era más que procedente su expulsión inmediata de Colombia y la prohibición de reingreso por un amplio periodo de tiempo.
Se sienta un importante precedente. Los extranjeros revoltosos que quieran ir a Colombia a armar los zafarranchos y a promover los desórdenes que no pueden hacer en sus respectivos países, la deberán pensar más de una vez. Bien por el gobierno del presidente Duque y del director de Migración Colombia Juan Francisco Espinosa a quien no le tembló la mano para ordenar la detención e inmediata expulsión de esa mujer que tanto daño hizo en territorio nacional.
Publicado: julio 29 de 2021
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