Cuando aflora el resentimiento…

Cuando aflora el resentimiento…

Uno de los deberes esenciales de cualquier alcalde es el de mantener la malla vial de las ciudades. El mal estado de las calles es uno de los mayores factores de afectación de la movilidad. En las grandes ciudades del mundo, de manera permanente se hacen reparaciones y mantenimientos preventivos, precisamente para evitar daños mayores en la infraestructura.

Desde hace mucho tiempo, Bogotá observa un rezago en esa materia. Miles de calles capitalinas son trochas que necesitan ser reconstruidas integralmente.

Desde hace décadas los distribuidores de combustible en Bogotá pagan la denominada sobretasa a la gasolina, un impuesto del 25% que, como es natural, encarece la gasolina y el diésel que consumen los conductores de la capital.

El objetivo de esa sobretasa es el de recaudar fondos para mantener los más de 3400 kilómetros de calles y avenidas de la ciudad. También, se dijo en su momento, que dicho tributo iba a ser destinado a la ampliación de la malla.

De acuerdo con expertos en movilidad, la capital colombiana tiene un déficit de vías cercano a los 3 mil kilómetros, cifra que expresada en término de tiempo significa un retraso de dos décadas.

La alcaldesa Claudia Nayibe López, reconocida de autos por su virulencia, falta de ponderación, carencia de inteligencia emocional, sistemáticamente reacciona con violencia y malos tratos frente a las críticas que se le hacen a su atropellada y fallida administración.

Uno de los empresarios más respetables de Colombia, es Mario Hernández. Desde siempre, ha estado preocupado por los asuntos nacionales, haciendo propuestas constructivas.

Recientemente, Hernández expresó su preocupación respecto del deterioro de las calles de la ciudad. En palabras del industrial: “No hay derecho el estado de la vía de la carrera 7 al norte de la calle 100 toda desbaratada huecos etc”. Igualmente, inquirió a los cabildantes del distrito: “Señores concejales qué pasa con las vías desbaratadas de la ciudad. ¿Dónde están los impuestos?”.

La alcaldesa, intemperante, agresiva, irracional, en vez de asumir con altura y serenidad el llamado de don Mario Hernández, resolvió reaccionar sacando a relucir sus traumas y su resentimiento. Creyó equivocadamente que el atildado empresario estaba preocupado por el estado de su vehículo particular, argumento baladí. La alcaldesa contestó: “Los impuestos están atendiendo el rescate social de Bogotá: i. e la renta básica para 631.000 hogares que cayeron en pobreza (y falta cubrir 300.000 más con recursos que apruebe el Concejo) Los rines de tu lujoso carro pueden esperar, los estómago de las familias en pobreza no”.

Una más de Nayibe, persona incapaz de contener sus impulsos primarios. Su encono contra el sector privado, contra los generadores de empleo y de riqueza, le impide entender el verdadero sentido de la queja -muy legítima- de Hernández quien oportunamente alzó su voz para exigir lo que millones de bogotanos imploran: la reparación de las calles de la capital.

El senador uribista José Obdulio Gaviria identificó la verdadera naturaleza del asunto: “Claudia López sueña con unos Marios Hernández hambrientos, transitando en tartana por calles derruidas y habitando casas sin pintura; igual que los miles de empresarios venezolanos y cubanos expropiados y sus millones ex trabajadores (excepto los que lograron el exilio).

@IrreverentesCol

Publicado: julio 27 de 2021

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