Hace mucho Fecode perdió el rumbo de su objeto social de educar a los jóvenes colombianos, solo basta con ver los resultados de las pruebas PISA, que ponen a Colombia en el último lugar entre los países de la OCDE, para entender lo vergonzoso y descarado que resulta hoy escucharlos hablar de garantías para la educación, cuando los resultados de una prueba internacional nos ubican en la peor posición.
Esta agremiación o no entiende o le importa poco la coyuntura que hoy enfrenta el país a raíz de la pandemia, sumado a las consecuencias indeseables de un paro prolongado, que muestran a Fecode como todo, menos como garante de la educación, porque ante los ojos de los colombianos se ven reacios y mezquinos a las verdaderas voces que exigen volver a las aulas; las niñas, los niños y los jóvenes.
El primer engaño, fue el anuncio que hizo el pasado 15 de junio frente el cese de actividades en el marco del paro nacional, prometiendo volver a las diferentes actividades pedagógicas, cuando gran parte de los colegios en el país ya estaban iniciando vacaciones, después de una larga espera para el retorno de la presencialidad a las aulas.
Fecode deja ver de lejos que todo le importa, menos la educación de las niñas, niños y jóvenes del país, ha perdido de vista la gran brecha educacional que existe entre colegios públicos y privados, donde al menos 13.000 estudiantes han perdido contacto con las instituciones y los docentes, tras el confinamiento. Se habla de una brecha entre colegios privados y colegios oficiales urbanos de 68 puntos, mientras que con colegios oficiales rurales es de 96 puntos, cifras obtenidas de diferentes Secretarías de Educación del país.
Lograr la disminución de esta brecha es un gran reto para Colombia en materia de acceso a la educación virtual, pero siendo sensatos, no se puede permitir que el mensaje de mejores condiciones para los alumnos sea la falsa bandera de Fecode para cometer sus fines políticos, de eso no cabe duda.
El segundo, aún más vergonzoso, fue el video de Nelson Alarcón, vocero de Fecode, en sus palabras, “Aquí tenemos que robustecer el movimiento. Esto es de largo aliento, esto es para llegar con miras a 2022 y seguir mucho más allá, para derrotar al Centro Democrático, para derrotar a la ultraderecha y llegar al poder en 2022”, pero fue más sacada de tono su respuesta en medios radiales al justificarse, argumentando que lo que dijo correspondía a una acción política y no de politiquería.
Las reacciones no se hicieron esperar, el video dejó clarísimo las verdaderas motivaciones de Fecode frente al paro, que llevaron a Alarcón a señalar amenazas contra su vida, asegurando que se incrementaron con el video, motivo por el que comunicó que dejaba el país. Lo que inquieta saber es, por qué Alarcón alude a amenazas en su contra después del video y no antes, y si las ha recibido de todo tipo, cuáles son y por qué le resulta insuficiente el esquema de seguridad que le fue asignado desde el 9 de noviembre de 2018.
El tercer gran engaño, que no se puede desconocer es que aquí existe un proyecto político que dista de su propósito como agremiación y de la representación de los jóvenes, quienes ya se dieron cuenta que Fecode no los representa y que por eso, no les van a servir de borregos para sus maniobras electoreras.
Por último, a Fecode y a sus voceros hay que decirles, que no es un pecado hablar de política, pero engañar a los jóvenes desde sus sesgos ideológicos, que salen a manifestarse de manera pacífica con total claridad de sus intenciones a pedir garantías para la educación, lejos de intereses políticos, eso sí, es un pecado.
La ñapa
Algo hay que celebrar, los esfuerzos que ha venido adelantando el Ministerio de Salud, en cabeza del Ministro, Fernando Ruíz, con la orden de retomar la presencialidad en todos los colegios del país desde el próximo 15 de julio, por medio del decreto 777 de 2021, fecha que coincide con la finalización de la etapa de vacunación para los maestros en el país.
Publicado: junio 25 de 2021
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