Hace unos años, el exrector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman Lerner; habló sobre ‘el temor que infunde la gente demasiado buena’. Reconoció en una columna que le asustaban quienes están profundamente convencidos de una verdad que no conciben que pueda ser discutida.
El doctor Wasserman dijo que ese fenómeno se explica como el ‘sentimiento de superioridad moral’ que hace parte de la psicología de individuos que han producido los peores males, pensando que son extremadamente buenos y que en su nombre se puede hacer cualquier cosa.
Para sustentar su planteamiento, puso los ejemplos de las conductas desarrolladas por Adolf Hitler, Iósif Stalin, Mao Zedong y las guerrillas colombianas. Increíblemente, todos tienen en común la justificación de crímenes sobre argumentos altruistas y fines, en esencia, morales.
A pesar de ser escrita hace cinco años, la tesis del profesor Moisés Wasserman Lerner sigue vigente. Desde el 2012, en la ciudad de Santa Marta y el departamento del Magdalena, somos testigos de como Carlos Caicedo, el jefe de la Banda Caicedo; se ve así mismo como un ‘Mesías’.
Durante una década ha justificado a punta de una narrativa cargada de resentimiento el repudio a la inequidad de nuestra sociedad con el perverso propósito de convertir el odio en su principal arma para atacar y eliminar a quien le haga oposición a su crueldad y autoritarismo.
El jefe de la Banda Caicedo, Carlos Caicedo; queda descrito de cuerpo entero en el análisis de Wasserman. En su régimen político, ni por casualidad, se discute ‘su verdad’. Los suyos justifican el ultraje que reciben dándole la razón al padre furioso. Nadie ve el peligro.
Coincido: ¡me da pánico la gente que se declara buena! Ese tipo de ‘aureola’ es la que oculta al ‘lobo disfrazado de oveja’. En lo personal, cuando he reconocido errores lo he hecho de forma pública. Presentar disculpas es el sincero reconocimiento de mi imperfección.
Me inquieta el ‘sentimiento de superioridad moral’ que Carlos Caicedo, el jefe de la Banda Caicedo; pretende normalizar en el Magdalena. Hoy más que nunca, como ciudadanía consciente, necesitamos ponernos de acuerdo desde la diferencia y construir el futuro en plano de igualdad.
Publicado: junio 17 de 2021
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