Hacia una coalición que salve la democracia colombiana

Hacia una coalición que salve la democracia colombiana

El presidente Uribe ha hecho un esfuerzo colosal por construir y mantener al Centro Democrático. Él, que a lo largo de su carrera fue un disidente y que llegó a la presidencia de la República por un movimiento ciudadano, no ha sido hombre de partido.

Pero entendió que necesitaba de una formación para ejercer con eficacia, disciplina y éxito la oposición al gobierno de Juan Manuel Santos.

Así nació el Centro Democrático, colectivo que el presidente Uribe ideó como un semillero de nuevos liderazgos. Por eso, en sus primeras listas a Senado y Cámara de Representantes, incluyó los nombres de personas que daban sus primeros pasos en la acción política, como fue el caso del hoy presidente de la República Iván Duque que era un hombre sin trayectoria electoral, con una experiencia acumulada fundamentalmente en el exterior, pero que se lució como senador uribista durante el cuatrienio 2014-1018. 

La esperanza estaba depositada en que esas figuras descollantes se convirtieran en líderes aprestigiados capaces de aglutinar a unas mayorías ciudadanas que en teoría comparten los principios fundacionales del CD. 

El de Duque es un ejemplo que alcanzó a generar entusiasmo y esperanzas en el sentido de que el proyecto uribista podría ser de muy largo plazo. 

El paso del tiempo ha indicado que el Centro Democrático, por la razón que sea -ese no es el asunto de importancia- ha perdido fuerza y no se ve en ninguno de sus actuales dirigentes- con la obvia excepción del presidente Uribe- una figura nacional capaz de liderar la gesta política que habrá de librarse el año entrante, cuando Colombia se enfrentará a la amenaza socialcomunista. 

Las estructuras partidistas al final del día terminan siendo simples personerías jurídicas intrascendentes. El peso, el acento, la importancia de ellas radica en las ideas y programas concretos que les ofrecen a los ciudadanos. El crecimiento y consolidación del Centro Democrático, además del carisma del presidente Uribe, se debió a una propuesta de país concreta que atrajo la atención de unas mayorías que depositaron sus esperanzas en el Centro Democrático y en Iván Duque. 

Con algo de frustración, debe reconocerse que las cosas no han salido bien. Muchas de las promesas centrales de la campaña no se quisieron o pudieron cumplir. El descontento frente al gobierno es palpable. El descontento se ha volcado hacia el Centro Democrático y hacia le presidente Duque. 

Observadores y conocedores de la política prevén un fuerte bajonazo de partido fundado por el presidente Uribe en las elecciones de congreso del próximo año. Hay quienes consideran que la bancada de ese partido en el Senado será inferior a 10 asientos y en la Cámara se calcula una reducción de alrededor del 30% de las curules.

¿Qué hacer? De nuevo: las ideas y los principios están por encima de las estructuras partidarias. La dificultad es insoslayable. No puede caerse en la trampa de descalificar las autocríticas ni pretender borrarlas de tajo con el argumento manido de que “el fuego amigo hace daño”. 

No obstante, esta crisis, bien manejada, puede desembocar en una maravillosa oportunidad para hacer un alto en el camino, reconocer las fallas, identificar soluciones y proponer movidas políticas audaces. El hecho de que el socialcomunismo esté enfervorizado no significa, ni mucho menos, que las tesis de los defensores de la democracia hayan caducado, ni que aquellos estén derrotados.

Suponiendo que las encuestas hasta ahora conocidas sean reflejo exacto de lo que sucedería en las presidenciales de 2022, Petro sacaría el 25% con lo que tendría asegurado el paso a la segunda vuelta. El otro cupo quedará en manos, sin mayores dificultades del candidato o candidata que emane de una gran coalición que recoja e interprete a todos los sectores, todas las expresiones y que, además, sirva como la plataforma sobre la que se construya un sólido movimiento ciudadano que presente poderosas listas al Congreso.

En un escenario de esa naturaleza, el Centro Democrático, el uribismo -que son dos cosas totalmente distintas- tendrían un papel muy importante. 

No hay que llamarse a engaños: los síntomas indican que el Centro Democrático ya cumplió su ciclo y es hora de pensar en una formación más grande que tenga como norte mantener a flote la democracia de Colombia. 

@IrreverentesCol

Publicado: mayo 25 de 2021 

5 comentarios

  1. UNA VOZ DE ALERTA MAS DE SUMA URGENCIA: ES GRAVISIMO PARA FUNCIONARIOS DE CARRERA LO QUE ESCONDE EL PROYECTO DE REFORMA AL REGIMEN DISCIPLINARIO PRESENTADO POR LA SEÑORA PROCURADORA GENRAL PRETENDIENDO REVIVIR INVESTIGACIONES POR CASOS QUE A LA FECHA YA ESTAN PRESCRITOS/ Un golazo de la Procuraduría a los Colombianos? Un proyecto que nos venden aduciendo que es para que no queden impunes 12.000 casos contra funcionarios de elección popular, pero resulta que en el proyecto que tiene 62 páginas, vuelven trizas el Código General Disciplinario cuya aplicación YA DIFERIDA apenas empieza a hacerse efectiva el próximo 1 de Julio de 2021, y la reforma retrocede a aplicar nuevamente normas ya derogadas, entre otras cosas, en cuanto a la PRESCRIPCION, engaña a los colombianos y a muchos investigados por hechos que supuestamente OCURRIERON hace mas de 5 años y POR TANTO A FECHA DE HOY 050621 YA ESTAN PRESCRITOS CONFORME LO CONTEMPLA EL ARTICULO 33 DE LA LEY 1952 DE 2019, pero el proyecto de reforma vulnera las garantías a los procesados por que pretende derogar esta norma y se cuente el termino para prescripción A PARTIR DEL AUTO DE APERTURA Y NO DE LA FECHA DE LOS PRESUNTOS HECHOS como lo establece el citado artículo 33 de la Ley 1952 de 2019 (Para continuar procesos por hechos ya prescritos) y revive el termino para prescripción hasta 12 años. Es decir; investigaciones eternas sometiendo abusivamente a incertidumbre, inseguridad jurídica y desgaste a los disciplinados gracias a la lentitud de la Procuraduria, La falacia es que fingiendo no queden impunes casos de funcionarios corruptos de elección popular, perjudican a todos los demás funcionarios del Estado Colombiano.

  2. Como ex miembro del CD y Uribista siempre, creo que el Presidente Uribe debe lograr una gran alianza con la centro derecha y la derecha, no podemos caer en el error de ir con un candidato propio, para mi debe estar en Federico Gutiérrez o Alex Char.

  3. Buen dia, pocas veces estoy deacuerdo con lo expresado por los columnista de este espacio, considero que el lenguaje y los calificativos usados para describir las fuerzas politicas con lineas de pensamietno diferentes a la «derecha» o a los partidos de gobierno rayan en lo absurdo, es cierto que no se tiene por que simpatizar con todas las orillas politicas, pero si debe existir un minimo reconocimiento de que existen millones de personas que estan o de un lado o del otro. El respeto por las ideas, por mas alejadas que sean de nuestro espectro es la base principal de un debate sano.
    Ahora, eso que describe en la columna es algo que le esta pasando a todos los movimientos politicos, y estoy deacuerdo con el punto, se necesita hombres y mujeres alejados de las turbias relaciones politicas, de los delfines y de aquellos que han vivido toda la vida en el poder ignorando la realidad social. El experimento de Uribe de poner Duque refleja el hecho de que; 1. no se puede pretender obtener imp8unidad a cambio de gobernalidad y 2. no cualquiera puede ser presidente, a Duque le falto experiencia y maniobrabilidad, al final, nisiquiera es un titere de uribe, es una marioneta de Vargas lleras y de Gaviria. Triste eralidad

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