La estrategia está funcionando perfectamente, la agenda se está cumpliendo, abriendo el camino para el descontento e intentando empoderar a la izquierda para las elecciones del 22. Santos dejó a propósito un país en bancarrota, aumentado la deuda externa descomunalmente, creando la situación real de un país económicamente inviable, y asfixiando a la clase media cuando sube abruptamente el IVA del 16 al 19%. Dejando unos compromisos presupuestales irrealizables.
De allí los intentos del presidente Duque de poder cumplirlos, a través de una reforma tributaria, aunque inoportuna, pero necesaria. Y que ha sido la mecha que ha prendido el fuego del descontento y tras ella, el vandalismo. A lo que se suma fatalmente la crisis que ha traído el Covid 19.
Pareciera que todo está alineado para que la izquierda llegue al poder. Pero los acontecimientos recientes en el marco del Paro Nacional, están mostrando a la población, a las gentes de bien, que son la mayoría, los que realmente votan en las elecciones (por eso las ganamos siempre), cuál sería el talante de un gobierno de izquierda .
Todo esto, aunque usted no lo crea, va en contra de los candidatos de esa corriente política. Jamás podrán llegar al poder por la vía democrática porque Colombia es un pais de centro derecha, que ha sufrido el rigor del desastre de nuestros hermanos venezolanos.
La estrategia está funcionando, al dejar una sociedad dividida, alimentada por el odio: fundamentada en el debate muy efectivo de, amigos y enemigos de la paz. Situación ésta que es el mayor legado del Nobel de Paz (vaya, qué clase de Nobel nos gastamos), exacerbando la lucha de clases y echándole gasolina al fuego.
¿Quién no quiere vivir en paz, quien no quiere vivir una paz con legalidad y no con impunidad? ¡Todos!
Y dentro de esta estrategia, el ataque a la figura mítica del presidente Uribe, generando todo un plan publicitario de desprestigio, y de desinformación de sus acertados periodos presidenciales (tal vez los mejores que haya vivido la nación en décadas), hasta tal punto, que cohonestado con los magistrados de la Corte Suprema intentan encarcelarlo. Uribe es el gran muro de contención, de allí el querer derribarlo.
Y por último, para darle efectividad al plan, se maniata constitucionalmente a las fuerzas púbicas del Estado para la protección de los ciudadanos. La policía es inerme ante el ataque de la delincuencia.
Pero y como no iba a funcionar, si dejó el país lleno de cocaína, el combustible de la violencia, la caja menor de donde sale todo el dinero para incentivar el descontento. Amparando su producción expresamente con el acuerdo de La Habana. Llenar el país de coca es como poner un plasta de mierda (excúsenme la expresión, no hay otra más adecuada) en la sala de la casa, todo en el hogar hiede, hasta que no se limpie.
Publicado: mayo 13 de 2021
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