Desde tiempos remotos se ha pensado que para ganar batallas no son tan importantes las armas como la inteligencia, al parecer desde hace tiempo el Estado colombiano adolece fuertemente de esto, muchos de los sucesos que hoy ocurren se hubieran podido advertir y parar a tiempo.
A finales del año 2019 hubo unas grandes manifestaciones violentas en el país, parecidas a las de Chile, donde se advirtió que estaban patrocinadas desde el exterior y que a pesar de la pandemia la chispa permanecía viva, como después de todos esos acontecimientos no se investigo sobre esto?, ni sobre los participantes?, ni sobre los dineros que las patrocinaban para estar alerta en una nueva revuelta?, haberlo hecho hubiera parado de tajo la nefasta reforma tributaria presentada al Congreso que terminó siendo el fósforo que prendió la llama.
Tampoco parece que el gobierno de Iván Duque tuviera conocimiento de las muchas reuniones y acuerdos que llevaba haciendo la oposición en el exterior, ha sido sin duda un gran trabajo en contra del país, hoy en día somos para los ojos del mundo un país paria en DDHH sin serlo, y de nada de esto nos dimos cuenta.
Mientras el Estado luchaba incansablemente contra la pandemia del covid-19 la oposición armaba la estrategia para atacarlo y reactivar las movilizaciones, todavía sigue siendo un misterio de donde salen los recursos económicos para la financiación de esta debacle.
Aunque el gobierno es consciente de su desgaste y su desconexión con el país, se ha negado a aprovechar el momento de hacer un relevo ministerial que abra las puertas a sectores diferentes, prefiere seguir haciendo trueques dentro de su mismo gabinete. La posibilidad que alguna reforma o ley pase en el Congreso está muy lejana.
Así la calificadora de riesgo S&P haya bajado la calificación a Colombia, Los mercados ya habían golpeado los bonos hace unas semanas, el EMBI Colombia está alrededor de 270 puntos frente a los bonos del tesoro americano, número parecido al que tiene Brasil a quién le bajaron la calificación hace rato. Acordémonos que los mercados actúan anticipadamente a los hechos.
Las marchas y paros han llevado a la pandemia a un segundo plano, hoy en día estamos en nuestro peor momento, las UCIs colapsadas en las grandes ciudades, tenemos diariamente máximos de contagios y muertes y no pasa nada, las cuarentenas de volvieron inoperantes con los violentos, los alcaldes de ideología de izquierda que nos guardaron durante un año acabando el aparato productivo hoy se esconden y acompañan las movilizaciones. Hasta se acabó el programa presidencial de prevención y acción sin previo aviso.
Esperemos que toda esta turbulencia acabe pronto, que la autoridad del gobierno prevalezca sobre los vándalos y marchantes, y que el pico de la pandemia pase más temprano que tarde para poder retomar la senda de crecimiento y reactivación económica que tanto estamos esperando, y claro que la futura Canciller pueda liderar una retoma de la diplomacia y se pueda combatir ese mal nombre que nos ha dejado la diplomacia paralela del socialismo del siglo XXI.
Publicado: mayo 24 de 2021
3.5