La elección de Hernando Parra como Rector del Externado es la mejor noticia para la universidad y la comunidad estudiantil. Además de su impecable trayectoria como abogado y profesor emérito, goza de una calidad humana como pocos. Es hora que una de las instituciones más importantes y significativas del País se vuelva a encontrar con sí misma, después de varios años de turbulencia.
Hablar del Externado es hablar de Colombia. Este claustro ha acompañado por más de un siglo el desarrollo académico del País y la lista de notables dirigentes y altos dignatarios del Estado que han caminado por esos pasillos es más que larga, sin mencionar los innumerables actores que han puesto el sello externadista en el sector privado.
De origen y esencia liberal, esta institución siempre abogó por ser un centro de debate y reflexión. Un escenario donde el intercambio de argumentos y la controversia de ideas se diera libremente, sin presiones y con total apertura.
Sin embargo, en los últimos años era evidente que el panorama había cambiado. Pensar distinto al lineamiento de la rectoría se había convertido en una herejía, con lo cual se terminaron cerrando las puertas para el sano debate académico.
La confrontación que debía circunscribirse al escenario de las ideas terminó pasando en muchas ocasiones al ámbito personal. El ambiente no era el mismo y la universidad terminó cediendo el liderazgo en los grandes debates nacionales, factor clave que tendrá que recuperar con urgencia.
Por eso, la candidatura unificadora de Hernando Parra cayó como anillo al dedo. No en vano su elección se dio de manera unánime por el Consejo Directivo, previo respaldo mayoritario de los estudiantes y profesores de la institución.
Parra conoce la universidad mejor que nadie. Es egresado, profesor emérito y durante toda su carrera profesional el Externado ha ocupado un lugar más que importante. Además, Como estudiante tuve la oportunidad de conocerlo y puedo dar fe, sin temor a equivocarme, de su gran calidad humana.
Como Secretario General siempre mantuvo las puertas abiertas para la solucionar las inquietudes de la comunidad externadista y no tengo dudas que igual será desde la Rectoría. Es un personaje querido y respetado por todos los miembros de la institución.
Ahora, una vez se posesione, tendrá que afrontar el reto de sanar las heridas internas y reconstruir el sello pluralista y democrático de la universidad. El campus debe volver a ser un escenario de sana discusión donde los estudiantes no se limiten a ser un número en la lista, sino agentes involucrados activamente en la agenda nacional.
¡Adelante Rector!
Publicado: marzo 19 de 2021
4.5