Parece que el único propósito de la JEP (Justicia Especial para la Paz) es limpiar los miles de asesinatos, secuestros y violaciones perpetrados por las Farc y dejarlos en completa impunidad. Con los juicios de este tribunal generador de mucha desconfianza se perdió la oportunidad histórica de redimir para siempre los horrendos delitos cometidos por esa guerrilla y conciliar con la verdad y la reparación a los colombianos.
Como también pareciera que su propósito último y gran objetivo, después de la impunidad, es perseguir a los amigos del presidente Uribe y terminar incriminando al expresidente, que es el gran muro de contención de sus propósitos.
Recuerda mucho los actos de este tribunal al creado por Fidel Castro y el “Che” Guevara para vengar su odio, al que llamaron “Comisión Depuradora”. Lo deja ver el enajenado de Guevara en su discurso ante la ONU, cuando decía: “no demoremos las causas, esto es una revolución, no usaremos métodos legales burgueses, el mundo cambia, las pruebas son secundarias, hay que proceder por convicción.
Sabemos para qué estamos aquí. El paredón es la forma en que se pretende definir la revolución cubana, y la persecución a los que se opone a nuestro propósito”.
Revolución que se convirtió en un cáncer, que 60 años después no se ha podido inocular sino que ha hecho metástasis en Venezuela, acabando con la industria petrolera del país más rico de América, y que su visión a corto plazo es instaurarla en Colombia, matriz productora del mejor negocio del mundo: la venta de Cocaína.
Negocio que protege expresamente el Acuerdo de La Habana.
Los actos hasta ahora ejecutados por ese tribunal, dejan ver un amañamiento de los hechos contra toda lógica jurídica, absolviendo casos delincuenciales de evidente sevicia y contra los derechos humanos de militares y civiles, dentro de los que hay montones como reclutamiento y violaciones a niños.
Debería existir una sala de apelaciones ante tanto desafuero jurídico, en una estancia necesariamente de carácter internacional, con superioridad jurídica al tribunal de la JEP.
Porque en el caso cubano por ejemplo, a pesar que había un Tribunal de Apelación, Guevara se lo pasaba por la faja, y solo servía para confirmar las sentencias y las ejecuciones. A pesar también, que desde 1948 existía la Carta Internacional de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU, que prohibía las ejecuciones. Lo cual indica que la ONU no es prenda de garantía. Y lo que realmente provoca es retirarse de la comisión de DDHH de esa organización, dado su evidente amañamiento y la falta de juicio.
Da terror que la JEP con funciones de investigar, ajusticiar, termine persiguiendo a los opositores del Acuerdo de La Habana, como en efecto está sucediendo, y pueda caer en crueles prácticas. Sobre todo con los antecedentes de falsos testigos que abundan en Colombia.
Además conociendo la crueldad de los comandantes de las Farc, quienes han cometido las más atroces masacres sin el más mínimo asomo de arrepentimiento.
Publicado: febrero 25 de 2021
3.5