La semana pasada, el ministerio de Salud puso en servicio la plataforma digital denominada Mi Vacuna, con la que los colombianos podrán empezar a separar sus cupos para recibir la vacuna contra el coronavirus que desarrolla la enfermedad de la COVID-19.
De acuerdo con el denominado Plan Nacional de Vacunación, se empezará por inmunizar a las personas con 80 o más años de edad -que son las más vulnerables- y al personal de salud que está en la primera línea de atención de la pandemia.
El proceso comenzará el próximo 20 de febrero y, según se ha informado, en los próximos días llegarán al país las primeras vacunas.
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Haciendo politiquería con las vacunas
Por ahora, Colombia recibirá vacunas desarrolladas por los laboratorios Pfizer y AstraZeneca, pero ya está adelantando contactos con Moderna y con el gobierno ruso que desarrolló, con aparente eficacia, la denominada vacuna Sputnik.
Lo cierto es que el problema al que Colombia tendrá que hacerle frente -como todos los demás países del mundo- es a la escasez de vacunas. La demanda es desaforada y la capacidad de producción es muy limitada.
En Estados Unidos, por ejemplo, se presenta un problema de talla mayor: las vacunas que se están inoculando son fabricadas por dos laboratorios: Moderna y Pfizer. Entre ambos, tienen una capacidad instalada que máximo puede producir 18 millones de dosis a la semana. Dado que esas vacunas requieren de dos dosificaciones, la fabricación para inmunizar a la totalidad de la población, que es cercana a los 335 millones de personas no será tan rápido como anhela el nuevo gobierno del presidente Biden.
Pero no todo es negativo. Es muy posible que entren dos nuevos jugadores al terreno de la producción de vacunas: Novax y Johnson & Johnson, laboratorios que ya solicitaron ante la FDA la emisión de una autorización de una licencia de emergencia.
La vacuna desarrollada por Johnson & Johnson tiene muchas ventajas competitivas. Lo primero: es efectiva con una sola inyección, sin necesidad de refuerzo. En segunda medida, no necesita de una cadena de enfriamiento que sí requieren las otras.
Y el asunto del enfriamiento no es menor, dadas las características que se exigen. Mantener las vacunas a temperaturas que van de menos 20 a menos 70 grados, obliga al diseño y puesta en marcha de un plan logístico de gran envergadura para evitar que las mismas se echen a perder.
La semana pasada, en el condado de Palm Beach, en Florida, se estropearon mil dosis, por cuenta de que se rompió la cadena de frío.
La expectativa frente al comienzo de la vacunación es demasiado grande, al punto de que muchos dirigentes políticos con los que han hablado LOS IRREVERENTES aseguran que de la celeridad con que se realice la inmunización depende en buena medida el éxito de la coalición en las elecciones presidenciales del año entrante.
Mienten quienes aseguran que el gobierno le ha dado un mal manejo a la crisis desatada por el coronavirus. El presidente Duque y sus funcionarios han hecho lo que ha estado en sus manos para evitar un cataclismo. La tragedia entró al seno del gobierno, con ocasión de la muerte del ministro Carlos Holmes Trujillo.
Hay que ser optimistas respecto de la vacunación, sin perder la perspectiva ni dejar de ser realistas. No será un proceso rápido y estará cargado de dificultades.
Publicado: febrero 7 de 2021