En la serie Game Of Thrones el personaje Tyrion Lannister, representado por Peter Dinklage, dice una frase que se volvió celebre: «Si le cortas la lengua a un hombre, no demuestras que estuviera mintiendo: demuestras que no quieres que el mundo oiga lo que pueda decir». Lo sucedido con el presidente de Estado Unidos Donald Trump al ser suspendidas o canceladas sus cuentas en varias redes sociales, solo puede ser explicado con la frase de Tyron Lannister.
Estamos en una época en la que es muy fácil divulgar información ya sea cierta o falsa. Internet es un gran facilitador para que medios emergentes tengan la posibilidad de llegar a las mismas personas a las que llegan los medios de comunicación tradicionales. Incluso particulares a través de las redes sociales divulgan permanentemente información de toda índole.
Muchos se alegraron y aplaudieron la censura de la que Donald Trump fue víctima. Muchos que reclaman el derecho a expresarse, se engolocinaron con lo sucedido a Trump sin medir las consecuencias de esa censura. Analicemos un poco: Las empresas dueñas de las redes sociales se atribuyeron el derecho a decidir qué es bueno y qué es malo, qué es cierto y qué es “Fake News”. Ellos, los dueños de esas empresas, decidieron unilateralmente dejar de prestar servicios a Donald Trump. ¿Están en su derecho? Pues son los dueños de un servicio por el que no nos cobran en efectivo pero que ellos saben monetizar muy bien gracias al contenido que publican los usuarios y al tráfico que cursa por sus redes y que consiguen gracias a nosotros. Hasta acá, todo parece justificable pues ellos pueden decidir a quien le “dejan” usar sus servicios y a quien no. Como en algunos clubes nocturnos, ellos se reservan el derecho de admisión.
Pero es que la censura no se limitó a las cuentas de Trump. La dictadura de las redes sociales llegó al punto de forzar a Amazon a dejar de prestar servicios de alojamiento en sus servidores a la red social Parler aduciendo que es la red social de la extrema derecha y dejando claro por donde es que va la cosa: La censura aplica solo hacia la derecha.
Al haberse atribuido el derecho de decidir que es cierto y que es falso, las redes sociales tomaron una posición controversial: Al ellos dictar que algo es mentira y censurarlo, están avalando lo que sí queda publicado como por ejemplo mensajes llenos de odio por distintas razones que sí quedan publicados, o las cuentas de líderes del terrorismo internacional como el presidente iraní o dictadores como Nicolas Maduro que siguen activas quedaron respaldadas por las redes sociales al no ser censuradas de la misma manera que Trump.
Acá en Colombia no quiero imaginar lo que sucedería si el censurado fuera un líder que se ha caracterizado por mensajes llenos de odio, incitadores de violencia y cargados de mentiras como Gustavo Petro.
Lo que hicieron las “Big Tech”, las grandes empresas de tecnología, no tiene precedente. Silenciar al Presidente del país más poderoso del mundo. Si se lo hicieron a él, a nosotros ¿quién podrá defendernos?
Publicado: enero 17 de 2021
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