Uno de los personajes más siniestros de los últimos años es, sin duda ninguna, el exvicefiscal general de la Nación Jorge Fernando Perdomo, quien durante más de 5 años abusó del poder que ostentaba, para perseguir a enemigos y favorecer a personas oscuras y delincuentes de altísima peligrosidad.
Perdomo, que fue viceministro de Justicia de Santos, llegó a la fiscalía de la mano de su amigo Eduardo Montealegre Lynett.
Los desmanes fueron absolutos. Perdomo llegó al extremo inaudito de llenar de contratos a un examante español suyo que, sin experiencia profesional en Colombia, de la noche a la mañana terminó con la responsabilidad de diseñar y remodelar un importante número de sedes de la fiscalía general a lo largo y ancho de nuestro país.
En efecto, el arquitecto Manuel Sánchez-Vera fue favorecido con más de $5 mil millones de pesos en contratos, todos asignados a dedo y sin que mediara concurso o licitación alguna. Su mérito: haber tenido una relación sentimental con Perdomo Torres quien, así mismo, estableció una cofradía denominada ‘los caballeros de la rosa’ de la que hicieron parte sus favoritos. Allí, además de definir nombramientos, ascensos y designaciones especiales, también se resolvía arbitrariamente el futuro jurídico de amigos o enemigos de Montealegre y Perdomo Torres.
Ha trascendido que Perdomo será investigado penalmente por una de las muchas irregularidades cometidas por él. Quienes han sido sus víctimas, reciben con algo de esperanza la noticia de la compulsa de copias en su contra con la que empezará a surtirse un proceso donde se establecerá su responsabilidad en un caso de tráfico de influencias que, además de involucrarlo a él, pone en la mira a Montealegre y al cuestionado exdirector de la Policía, el general Rodolfo Palomino.
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Perdomo tendrá que ponerle la cara a la justicia -cuya majestad él ayudó a corromper- para explicar porqué intervino de manera decidida y corrupta ante una subalterna suya con el fin de evitar la captura de un empresario involucrado en graves delitos.
En el documento de la fiscalía general, se lee que “se procederá a compulsar copias con destino a la secretaría de la unidad de fiscalía delegada ante la Corte Suprema de Justicia con el fin de que un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, a quien corresponda, examine la viabilidad de investigar las posibles conductas punibles en las que pudieron haber incurrido con ocasión a los hechos aquí juzgados”.
Dado que Eduardo Montealegre goza de fuero, la fiscalía le ha pedido a la comisión de acusaciones de la cámara de Representantes que proceda a investigar a ese individuo por los mismos hechos por los que ahora Jorge Fernando Perdomo está en la mira de la justica, esa misma que, al decir popular, cojea, pero llega.
Publicado: diciembre 2 de 2020
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