Dicen los conocedores que la construcción es uno de los sectores que más empleo genera. Se podría pensar que la pandemia, que ha tenido efectos devastadores sobre la economía nacional, afectó de manera grave a la construcción de vivienda en Colombia.
Mientras industrias importantes se encuentran paralizadas o semiparalizadas, se ha conocido un informe bastante alentador que da cuenta del vigor de la construcción en nuestro país, hecho que se debe a la estupenda gestión y al liderazgo del ministro de Vivienda, Jonathan Malagón.
Las cifras son elocuentes. Para el año 2017, el país estaba asignando alrededor de 280 subsidios semanales para las denominadas ‘viviendas de interés prioritario’ -VIP-. En la actualidad, el gobierno Duque está entregando 1000 cada semana. Hace poco, se entregaron 1700 en tan solo 7 días.
Esa es una consecuencia directa de la eficiencia con la que se está manejando el programa del gobierno nacional tendiente a lograr la adjudicación de 200 mil subsidios.
Malagón, hay que decirlo, es un ministro que ha ejercido con lujo de competencias y con un criterio técnico de una solidez impresionante, al punto de lograr que la pandemia -que ha hecho estragos en todo el país- no haya afectado de ninguna manera la construcción y entrega de viviendas en nuestro país.
Hace poco, trascendió una cifra que es alentadora. En el mes de octubre, se batió el récord histórico de venta de casas.
En efecto, el mes pasado se entregaron 20 mil viviendas, 14 mil de las cuales son de interés social y 6.4 mil de otras categorías.
Para entender la magnitud de esa cifra, bien vale hacer una comparación con octubre de 2019. El crecimiento es palpable: 42%.
Los expertos coinciden al decir que las cifras reveladas por el ministro Malagón son una señal alentadora respecto de la reactivación económica, sin dejar de lado el gran impacto social que tienen las medidas adoptadas por la cartera de Vivienda, donde se ha diseñado y puesto en marcha un modelo de asignación de subsidios extremadamente interesantes: el 75% de aquellos les han sido entregados a familias con ingresos que van de 0 a 2 salarios mínimos.
Hasta el momento, y sin importar la desaceleración causada por el COVID-19, se han otorgado poco más de 27 mil subsidios, en el marco de un programa que tiene tan solo 6 meses de existencia.
En momentos de grandes dificultades, las sociedades tienen el deber de identificar salidas y soluciones. La construcción de vivienda, además de garantizar un techo para quienes no lo tienen, es un camino maravilloso y comprobado para la generación de empleo y para la reactivación de otros sectores afines que, a su vez, demandan la mano de obra de millones de personas.
Publicado: noviembre 8 de 2020
5
4.5