Para cualquier país del mundo, contar con los recursos suficientes para atender los compromisos con la población, es tal vez uno de los ejercicios más difíciles en términos contables por la alta carga fiscal que implica asegurar el recaudo, contraer gastos innecesarios, regular el financiamiento y ejercer disciplina sobre el nivel de gasto en el mediano y largo plazo.
Al Gobierno Nacional hay que reconocerle el esfuerzo magno que ha impreso en el Presupuesto General de la Nación, pues partió de una base de corto plazo desalentadora por efectos de la pandemia en la economía nacional, las proyecciones negativas sobre el crecimiento económico, el descalce del gasto en acciones contra cíclicas para contener la catástrofe social y el cierre total de la economía durante gran parte del segundo trimestre, dan prueba de ello. Por supuesto que no es fácil enfrentar pronósticos de crecimiento negativo aunado a la reducción del aparato productivo en términos nominales.
Con la aprobación de este Presupuesto por 314 billones, contamos con una ampliación del gasto en inclusión social, 15.5 billones destinados a programas sociales para lucha contra la pobreza, 27 billones para el sector trabajo para fomentar la formalización, la creación de nuevos empleos, incentivar el subsidio a la nómina y fortalecer la demanda laboral, 10.8 billones en transporte para desarrollar los compromisos del programa concluir, concluir, concluir, representado en mas de 27 proyectos de interconexión vial, sumado a 650 mil millones para vías terciaria y conectividad rural, así mismo adiciones por 3 billones para la consolidación de políticas transversales en niñez, alimentación escolar, deporte, educación, vivienda rural, agricultura entre otros.
En solo componente social, el gobierno presentó un presupuesto con 24 billones de pesos en política transversal de superación de la pobreza, así mismo en generación de empleo a través de inversiones público- privadas, se fijó la meta de generar 310.200 nuevos empleos entre directos e indirectos, con un impacto sobre la industria nacional del 27% solo el año entrante. También se amplió el portafolio de inversiones a 27 proyectos de energía con fuentes renovables, ampliando la oferta energética del país. Se programó el presupuesto a través de las fuentes de financiamiento para 10 años, por rubros en inversión de 109 billones a 2030, dejando un alto grado de compromiso por el crecimiento económico. Solo el 2021, 4.3 billones harán parte de la primera fase de recuperación económica.
Finalmente, el crecimiento de la inversión en 32% dan clara cuenta de una participación de 5 puntos del PIB para fortalecer el crecimiento económico nacional. Que bueno que los colombianos sepan que a pesar de esta difícil situación por la que atraviesa el país, la respuesta del Gobierno Nacional ha sido contundente hacia el bienestar social y económico, sin dejar por fuera ningún sector productivo que sirva a los intereses de generar ingresos para la población, además prevalece el sentido social en Educación con una asignación de 47.2 billones y salud 35.9 billones.
Que no se nos olvide que la inversión por 58,6 billones está plenamente dirigida a gasto social, infraestructura pare l crecimiento, trabajo y protección social. Para la oposición no son importantes esos rubros, pues bien lo dijeron en la votación del Presupuesto cuando dijeron NO a todas las inversiones del Gobierno, para ellos todo es una “demagogia neoliberal”, deberían avergonzarse con los colombianos al votar NO a las esperanzas de recuperar la senda del crecimiento, claro, hicieron populismo sobre una renta básica equivalente a 63.1 billones sin dar el sustento de financiamiento, para ellos, no existen los programas sociales que implementó el gobierno y sobre los cuales se adicionaron recursos por 2.4 billones.
Recuperar a Colombia, así se espera el 2021 con este presupuesto para todos los colombianos.
Publicado: octubre 23 de 2020
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