Me cuentan que a finales de los años 80’s y comienzos de los 90’s, había un sedicioso que se convirtió en el verdugo de los habitantes de Córdoba y Sucre. Era respetado dentro de su organización criminal por sus estrategias y destrezas militares. También sobresalía por ser irascible.
Dicen que el tipo es reconocido desde entonces por haber participado en varios ataques importantes a bases militares, infraestructura estatal y al parecer, estuvo en el centro de actividades de narcotráfico. Las autoridades estiman que fue el encargado de los negocios de secuestro.
Gente que compartió filas con él subrayan que sus habilidades militares ocultaban su adicción al enfado constante. Golpes en la mesa, portazos, gritos y hasta pataletas… es el perfil de este individuo iracundo que, sin duda, no sabía comunicarse sin elevar la voz y enardecerse.
El guerrillero al que me refiero, dejó instalada una mala fama de que con la mínima situación perdía los papeles. Absolutamente nadie podía llevarle la contraria. Detrás de personajes como este se esconde un comportamiento de un ser debil que usa la ira como mecanismo de defensa.
Entre los datos que me suministraron, encontré que lo conocían bajo el alias de ‘Raúl’, formó parte de la guerrilla conocida como la Corriente de Renovación Socialista -CRS- que en aquella época era un brazo disidente de la caterva del Ejército de Liberación Nacional -ELN-.
En ese grupo de facinerosos, coordinó las actividades de secuestro y extorsión en el Frente Norte durante casi dos décadas. En esa agrupación delictiva que destruyó, arruinó y arrasó comunidades, era el segundo al mando y recibía órdenes de León Valencia Agudelo alias ‘Gonzalo’.
Algunas investigaciones periodísticas han establecido que la Fiscalía General de la Nación lo tiene relacionado en una investigación en la que estaría siendo procesado por el secuestro del campesino Calixto Benavides Vásquez, hecho que tuvo lugar en septiembre de 1992.
Alias ‘Raúl’ también habría compartido espacio de subversión con el jefe del clan Caicedo (Carlos Eduardo Caicedo Omar) a quien tuvo como su discípulo predilecto en su proceso de «formación» como miliciano y después como soldado irregular cuando se juntaron en la Corriente de Renovación Socialista.
La fortuna lo llevó a la Cámara de Representantes gracias al proceso de paz que en 1994 firmó el Gobierno Gaviria con el ELN. En 1997 fue secuestrado por el Ejército Popular de Liberación-EPL- en un ajuste de cuenta por presunta mala repartición en el negocio del narcotráfico.
Este que he descrito en esta columna es el mismo Secretario de Gobierno de Santa Marta, que el pasado fin de semana, en el turístico Parque de Los Novios, amenazó con gritos e improperios a pequeños comerciantes y acolitó que uno de sus acompañantes hiciera disparos intimidatorios.
Esa es la historia de Adolfo Antonio Bula Ramírez el funcionario del clan Caicedo que sufre de aporofobia por como rechaza a los mas vulnerables, homofobia por su aversión a lo LGTBI y misoginia por su odio a la mujer. Definitivamente: ¡No podemos seguir en manos de alias ‘Raúl’!
Publicado: octubre 8 de 2020
Excelente artículo!
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