Las noticias de esta semana referentes a la realización de la Feria de Cali en el 2020, ciertamente nos ponen los pelos de punta. La propuesta y la visión presentada, son lógicas en el marco de la pandemia en la que estamos: una feria virtual. Hasta ahí todo perfecto. Sin embargo, desde la Alcaldía nos informan que el costo de esta feria virtual será de aproximadamente $11.000 millones de pesos. Una cifra escandalosa y a todas luces desproporcionada.
Arranquemos por decir que reconocemos que el sector cultural ha sido uno de los más golpeados en este año. Muchos empleos que dependen de la organización y montaje de eventos han desaparecido de plano ante la llegada del COVID-19. Ayudar a este sector debe ser una prioridad, pero no podemos estar feriándonos el patrimonio de los caleños sin siquiera comparar con eventos similares en años pasados.
Por ejemplo, el año inmediatamente anterior, la Feria de Cali costó $16.000 millones de pesos (de los cuales $10.000 millones los puso el Municipio), siendo un evento enteramente presencial. ¿Cómo justificamos entonces que esta feria virtual cueste $11.000 millones? Sin contratación de graderías, sin cierres de calles, sin contratación masiva de artistas ni transporte de escenarios, gastos de alojamiento, etc. ¿Cómo justificamos que vamos a gastar efectivamente $11.000 millones amparados en la cultura, con tantos otros sectores viviendo momentos entre castaños y oscuros? Y lo que es peor, ¿cómo garantizamos que efectivamente estos dineros llegarán a los artistas y no se quedarán en los bolsillos de tantísimas personas que se encuentran en el sector como intermediadores?
Lo cierto es que hace tan solo un par de semanas veíamos con preocupación que se arriesgara el futuro financiero de nuestra ciudad con el aumento del cupo de endeudamiento en $650.000 millones de pesos. Las promesas desde el CAM eran que esa platica no iba a convertirse en la caja menor.
Debemos Pararle-Bolas a la ejecución del recursos desde la Alcaldía. El cheque en blanco que se le otorgó desde el Concejo Municipal debe ser sujeto a una veeduría constante tanto de los cabildantes como de todos los caleños.
La Feria de Cali, el evento cultural más importante y representativo para los caleños y una oportunidad para ayudar a sectores muy golpeados, es por ello que en estos meses previos a la celebración de la Feria, y los posteriores, debemos ser acuciosos en verificar que estos dineros llegaron efectivamente a quienes más lo necesitan. Suficiente tenemos con vivir en medio de una crisis económica por el COVID-19 como para que el virus del despilfarro termine feriando el fin de año.
Publicado: octubre 26 de 2020
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