Ética y periodismo

Ética y periodismo

Cuando mi trabajo me lo permite, escucho La W y veo CM&. Lo hago con atención y extrema objetividad, y me resulta fácil e inequívoco advertir la parcialidad editorial de estos medios y la ideología de la mayoría de sus periodistas; así como el ánimo concertado y solapado de desestabilizar el Gobierno, de desprestigiar al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y de proteger y encubrir el corrupto desgobierno de Juan Manuel Santos, olvidando que el Premio Nobel de Barro no tiene memoria y no sabe de lealtad ni de agradecimiento.

También debo señalar, qué en ocasiones, algunos periodistas de estos medios, de manera sutil o deliberada, se muestran objetivos e imparciales para desorientar o confundir a ingenuos e incautos, con lo que logran encubrir tan hipócrita ardid, probablemente aprendido de uno de sus inconfesables amigos y defendidos, el cínico y desvergonzado Ernesto Samper Pizano.

Pero cada día que pasa, sin prisa y sin pausa, esta desleal estrategia viene siendo advertida por la nación, y es por eso, que La W y CM& de manera gradual y sostenida pierden credibilidad, pero no necesariamente audiencia, pues algunos seguimos estos medios para percatarnos de sus infamias, despropósitos y villanías.

Es probable que en La W y CM&, añoren los edulcorantes que recibían de la perversa paz con impunidad de Santos, y que no se resignen a vivir sin ellos, haciendo de esa dulce añoranza el combustible que mantiene vivo y activo el rencor, el odio y el resentimiento que algunos de sus periodistas reflejan contra el Gobierno así no lo quieran demostrar.

Si bien es claro que cada medio de comunicación tiene una línea editorial, un sesgo político o una inclinación ideológica, lo que no resulta claro, es qué para defender esa línea, sesgo o inclinación, se renuncie a la verdad, a la realidad y a la objetividad, y se apele a la distorsión, a la deformación y a la tergiversación de las noticias.

Por eso resulta repudiable la postura de La W y CM&, que, violentando los más elementales principios de ética y honestidad, anteponen al deber de informar de manera apacible y objetiva, la inquina y la animadversión a todo aquello que no coincida con su línea editorial o inclinación ideológica, en perjuicio, no solo de quienes son blanco de su veneno, sino de la ética, la verdad y la debida información, así como en detrimento de la misma reputación de ellos.

Es tan evidente la predisposición de estos medios con el Gobierno, que cualquiera lo percibe, así como también percibe, la manera soterrada con la que buscan socavar su legitimidad, debilitar su autoridad y desconocer su capacidad.

Que nadie olvide el inexcusable desafuero cometido por el obsecuente y servil Yamid Amat, director de CM&, cuando de manera desleal y descarada preguntó a sus televidentes: “¿Ustedes prefieren la guerra como propone el presidente Uribe, o la paz como propone la doctora Patricia Linares?, pregunta que mereció el más enérgico reproche nacional y develó la falta de ética de este desgastado corifeo y su parcialidad y sesgo, al que probablemente lo acostumbró Juan Manuel Santos.

Sobrecoge que para La W y CM&, merece mayor despliegue las noticias de la banda narcoterrorista de las Farc y de la espuria y mal llamada JEP, que el desacuerdo leal, frontal y mayoritario que mantiene la inmensa mayoría de los colombianos con el modelo de paz con impunidad impuesto por Santos; perverso modelo, que burló víctimas, desconoció la voluntad popular, violentó el orden constitucional y fracturó el orden legal.

También sobrecoge, que para La W y CM& no sea noticia, la mofa de los cabecillas del movimiento criminal de las Farc a las víctimas, y a la misma JEP, así este espurio remedo de tribunal haya sido creado por los mismos criminales para entronizar la más cínica y vergonzosa impunidad.

De igual manera sobrecoge ver, como estos medios son ajenos e indiferentes ante el narcotráfico, la violencia, el vandalismo y la anarquía; y cómo magnifican los errores y desaciertos de las autoridades y minimizan las patrañas disociadoras e incendiarias del señor Gustavo Petro y su turba de malandros.

Asimismo, sobrecoge, como estos medios guardaron silencio ante la burla al querer mayoritario de la nación expresado en el Plebiscito y ante la trampa tendida al orden constitucional por Juan Manuel Santos, así como ante la creación del esperpento llamado fast track con el que se violentó la Constitución Nacional. También guardaron silencio, ante el atentado criminal perpetrado contra la Escuela de Cadetes de la Policía «General Santander», y otros actos criminales, y siguen guardando silencio ante muchos desmanes, entre ellos, las verdaderas causas de la Minga Política y Cocalera que amenaza degradar en violenta asonada.

La historia será severa e implacable con las indelicadezas, los abusos y los desvaríos de Juan Manuel Santos, así como con sus cómplices y corifeos, entre ellos, corruptos contratistas, y utilitaristas periodistas carentes de pudor, como los que escuchamos en ocasiones en La W y vemos en CM&.

Es bueno recordar a estos periodistas, que la neutralidad frente al delito es complicidad, y para ello, que mejor que evocar lo que dijo Federico de Amberes: “En mi ideario de principios y valores, la neutralidad frente al delito es complicidad y la indiferencia, indolencia. Repudio la neutralidad y la indiferencia de algunos que posan de demócratas y amigos de la paz con impunidad, pero qué en realidad, son comunistas vergonzantes que solo sueñan con desestabilizar las instituciones de la democracia, hacerse ricos con ello o ganar protagonismo intelectual. Algunos de ellos son empleados y pensionados del Estado, otros seudo periodistas, y peor aún, otros, malos profesores y mediocres estudiantes y egresados de universidades públicas. Unos y otros, deberían marcharse a Cuba, Venezuela o Nicaragua para disfrutar del sometimiento, la desesperanza, la miseria y la violencia de sus dictaduras, de manera que pudieran valorar las bondades y debilidades de la democracia y de la libertad de prensa responsable.

@RRJARABA

Publicado: octubre 19 de 2020

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*Rafael Rodríguez-Jaraba. Abogado Esp. Mg. Litigante. Consultor Jurídico. Asesor Corporativo. Conjuez. Árbitro en Derecho. Profesor Universitario. Miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.

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