Era un convencido de que, con el invento del internet, con el crecimiento e influencia de las redes sociales, se abriría la puerta para que la humanidad pudiera acceder al océano del conocimiento y de la información, como también, avanzar en debates argumentados, serios, y rigurosos, pero no. Lo que estamos viviendo es una etapa de confusión total, donde cada uno tiene su verdad alimentada por interés donde la manipulación y la mentira es gasolina que termina moviendo la histeria virtual que padecemos.
La última columna de María Jimena Duzán, titulada “Uribe, el fascista” es prueba del estado calamitoso en el que esta la información que emiten referentes del periodismo nacional. Fascismo se le denominó al comportamiento y acciones individuales y colectivas que se ejecutaron entorno a la figura de Benito Mussolini, quien accedió al poder promoviendo desde la ciudad de Milán hechos contrarios al orden establecido en Italia a través de quema de establecimientos comerciales, edificios públicos, alentando desorden y anarquía en marchas populares.
El fascismo validó que «la violencia es, a veces, moral» lo que permitió violentar todas las instituciones italianas hasta llegar a sentenciar, «os digo con toda solemnidad: o se nos entrega el Gobierno o lo tomaremos marchando sobre Roma».
Mussolini no llegó al poder por las vías democráticas, se lo tomó por las vías de hecho. El fascismo de Mussolini se nutrió de las bases ideológicas socialistas, de desertores de la guerra que fueron favorecidos con el beneficio del indulto, con el chantaje ejercido por sindicatos agrícolas que veían en Mussolini su aliado ideal para favorecer sus intereses. El fascista es nacionalista, combate el capitalismo, el libre mercado. El fascismo es fuente y referente ideológico y político de los dictadores.
María Jimena Duzán le dice fascista al expresidente Uribe por ejercer su derecho de defensa, por no dejarse decapitar de una sala de la Corte Suprema sesgada y con pruebas graves de corrupción contra magistrados. Le llama fascismo al derecho que tiene al expresidente de controvertir pruebas en los mismos escenarios donde lo hacen su denunciante. La columnista Duzán le llama tirano y antidemócrata a quien esta privado de la libertad. Hágame el favor.
Habíamos expuesto en columnas anteriores que el expresidente Uribe pecó por demócrata y santanderista.
La vida pública y política de Álvaro Uribe representa todo lo contrario a lo significa fascismo. Si en verdad el expresidente Uribe hubiera sido fascista estaríamos en su quinto periodo constitucional o en desarrollo de una dictadura o tiranía. Si Uribe fuera fascista no estaría privado de la libertad, ni María Jimena Duzán escribiendo necedades, pendejadas, para una audiencia que se mueve más por el odio que por la razón.
Publicado: septiembre 8 de 2020
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