Este 28 de septiembre la en la Comisión Tercera del Senado de la República, se desarrolló el debate en torno a las condiciones de pobreza dadas las actuales circunstancias económicas por las que atraviesa el país y que cada vez afecta a más colombianos, sin embargo, otro sería el cuento si el Gobierno Nacional no hubiera actuado con firmeza contra los efectos de esta crisis.
1. Actualmente la tasa de Pobreza Multidimensional es del 17.5%, equivalente a 8.560.000 colombianos. En la ruralidad la pobreza multidimensional se ubicó en el 34.5% mientras que, en zona urbana, la pobreza multidimensional fue del 12.3%. Antes del Covid – 19, con los datos del último censo de población y vivienda de 2018, habían salido de la pobreza multidimensional, 615.000 personas, con las proyecciones que se presentarán el 30 de septiembre por el DANE, tendremos la cifra ajustada que mostrará la incidencia de la pobreza en esta crisis.
2. La región caribe es sin duda la que más pobreza multidimensional refleja con 3.141.0000 personas que carecen de acceso a bienes y servicios en condiciones sostenibles, sigue la región oriental con 1.413.000 personas en esta situación, representando entre las dos regiones el 51.7% de pobreza.
3. Con base en las cifras de pobreza, es importante resaltar que el pronóstico más negativo para el país, en tiempo de pos pandemia, es que, a pesar de recuperar la normalidad, el número de personas en situación de pobreza puede aumentar en 3.0 millones.
Sin los programas sociales a la fecha existentes, el efecto sería aún peor, dado el pronóstico sin programas, la pobreza actualmente había aumentado en 6.3 millones de nuevos pobres.
El efecto de los programas sociales en el decil 1 (más bajo) representó el 92% en la reducción del impacto de pérdida de ingresos y ampliación de la brecha de pobreza.
4. A partir de datos del DNP, la composición de la población colombiana por ingreso comprende: 14.9 millones en clase media, 19.3 millones vulnerable, 13.1 millones población en condición de pobreza, 1.2 millones clase alta.
5. Actualmente la pobreza monetaria en el país es del 27.7% hace 20 años, era del 49.7%, sin los programas sociales, la pobreza monetaria llegaría al 51.3% en los próximos 12 meses.
6. Este Gobierno en 3 meses desarrolló una de las bases maestras de identificación de hogares más grande y rápida en la historia, es un hito, que, en 5 meses, el ingreso solidario haya alcanzado los 2,7 millones de hogares, próximo a alcanzar la meta de 3.0 millones, lo que a familias en acción por ejemplo llevo alrededor de 20 años.
7. Junto con la base Maestra de identificación de hogares a partir del Sisbén, la implementación del Registro Social de Hogares en 2021 permitirá completar la focalización de las transferencias monetarias, en Colombia este registro representa otro gran hito en la distribución del ingreso.
· En ausencia de programas sociales la pobreza multidimensional puede pasar del 17.5% al 36% a nivel nacional.
La reapertura de la economía que actualmente está en un 91.9% permite contrarrestar el efecto de la crisis en los ingresos de los hogares colombianos que, aunque no es pronta su recuperación si incide en un 35% de mejora, sin embargo, el impacto en las ciudades es mayor dada la concentración del 70% de la mano de obra que se encuentra concentrada en estas.
Hay que fortalecer el efecto de los programas sociales en las regiones, pero no solo programas sociales, hay que incentivar la generación de empleo y la recuperación en zonas urbanas y municipales donde la pobreza tiene un efecto mayor.
Existe una dicotomía entre el efecto de los montos y el financiamiento asignado en programas sociales y el efecto de estos en la población, habrá qué fortalecer el vínculo entre gasto y productividad para generar mayor impacto en la mejora de las condiciones de vida de la población.
Ahora, el reto no es de corto plazo, el reto es de mediano y largo plazo para poder contrarrestar los efectos del crecimiento económico en etapa de recuperación con el resultado sobre los ingresos de la población.
Nosotros no podemos pretender recuperar la economía con tasas de informalidad laboral superiores al 50%, depender excesivamente del gasto por transferencias y abandonar los sectores que más demandan mano de obra.
Lo que nos deja esta pandemia, es que el grado de concentración de mano de obra en las ciudades ha incrementado en un 270% mientras que en el campo la mano de obra disponible para trabajar apenas llega al 18% de la población en condición de trabajar, por tanto, la mirada debe cambiar hacia lo regional, al tiempo que en las ciudades se reduce la informalidad.
Respecto del impacto de la pobreza monetaria, esta tiene mayor incidencia ante un mercado laboral altamente informal y una rotación excesiva en el cambio de empleo por año.
Finalmente, respecto del acceso de la población a la educación, el trabajo y el bienestar de la niñez y la adolescencia, hay que cambiar el paradigma del gasto como principal variable y tomar en cuenta el impacto de este a nivel focalizado a mediano y largo plazo.
Publicado: septiembre 30 de 2020