Importante la propuesta de un trabajo mancomunado en busca de soluciones para superar la crisis de EPM enviada por gremios al alcalde Daniel Quintero, en la que invitan tanto a la Presidencia de la República, como a la Gobernación de Antioquia, a participar como mediadores para rebasar las dificultades y en la que hacen énfasis en la importancia del respeto por el trabajo corporativo que fue el que nos permitió superar épocas aciagas y conseguir la ciudad de la que nos sentimos tan orgullosos. Una invitación constructiva que aporta diferentes salidas y está avalada por la Cámara de Comercio de Medellín, Proantioquia, el Comité Intergremial de Antioquia y sus gremios.
Igualmente positiva la creación de la nueva veeduría ciudadana Todos por Medellín, que tiene como principal objetivo velar por los bienes públicos, y entre ellos EPM, el más grande y preciado de la ciudad. Iniciativa sin color político que reunió organizaciones culturales, universidades, gremios, fundaciones, sindicatos y ciudadanos activistas, que también tendrá entre sus socios, las mismas entidades (Cámara de Comercio, etc.), y cuenta con un consejo directivo presidido por Piedad Restrepo.
“Navegamos entre fuerzas oscuras que se resisten al cambio. Con fe y sin miedo seguiremos adelante con transparencia, y honestidad contra corrupción y la politiquería.” Fue la respuesta del alcalde Daniel Quintero.
Tiene razón, navegamos entre fuerzas oscuras y turbulentas de un proyecto político socialista que no respeta principios ni valores y pasa por encima de acuerdos corporativos que por años han caracterizado el sector privado de la ciudad.
EPM, Ruta N y su Fundación, han sido fuentes de riqueza para el desarrollo y la prestación de servicios públicos y el bienestar de la ciudadanía, no bastión político de nadie, y menos de un advenedizo que las tiene afectadas con su ideología de lucha de clases, que restringe libertades y estanca el desarrollo empresarial que acredita métodos sociales efectivos.
Porque lo del alcalde no son “chambonadas” o bandazos fruto de su inexperiencia. No. Lo que está sucediendo en Medellín, obedece a una estrategia, un proyecto político estructurado que soterradamente se está llevando a cabo.
Socavar la institucionalidad de una ciudad que ha sido modelo en el país, pretender traer brigadas médicas cubanas para el adoctrinamiento político aprovechando la pandemia del Covid-19, o presionar indebidamente los medios de comunicación para que no informen sobre ciertos temas y por el contrario exalten otros (hay denuncias ante la FLIP); o bien, contratar una empresa con dineros públicos para hacer perfilamientos a concejales, líderes sociales, periodistas, etc. que critican en redes sociales al Alcalde y sus políticas de gobierno, son tácticas que obedecen a un manejo antidemocrático que no estamos dispuestos a tolerar en la ciudad.
Ahora bien, trasparencia y honestidad, no las conoce porque todo lo suyo es a espaldas de la ciudad y trasgrediendo la norma, en cambio, domina la politiquería, la burocracia y el nepotismo.
Lo que ha hecho el alcalde es muy grave, erosionó la confianza y puso nuestra empresa insigne en entredicho. Los medellinenses no estamos dispuestos a tolerarle más desmanes, no vamos a entregarle la ciudad que tanto esfuerzo nos ha costado, para que como parte de una táctica política nos la vuelva ¡haches y erres!
Publicado: agosto 29 de 2020
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