Si los enemigos de Álvaro Uribe querían acabarlo políticamente, les cuento que con un carcelazo están lejos de hacerlo. Por el contrario, lo están fortaleciendo. Nadie entiende, a menos de que usted sea un mamerto pro guerrilla, que el terrorismo hoy esté impune en el Congreso y quien los combatió esté preso. Esa sensación de injusticia ha alarmado a uribistas y a no uribistas. En los últimos días he visto cómo personas que nunca pensé que podrían respaldar a Uribe, han compartido en redes imágenes de apoyo hacia él, en una manifestación de rechazo a la decisión de la Corte Suprema de Justicia.
Al vanidoso expresidente Juan Manuel Santos, quien firmó el Acuerdo con las Farc, que otorgó completa impunidad al terrorismo -para ganarse un nobel de paz- y quien aspiraba a perpetuarse en la historia como un luchador de paz, se le invirtieron los papeles. De ahora en adelante quedará en los anaqueles de la historia como el hombre que propinó al Estado de derecho colombiano el peor golpe institucional de su historia.
Con Uribe preso y la guerrilla en el Congreso, Santos quedará en la historia como quien entregó el país al terrorismo, asunto que muchos conocíamos pero que este carcelazo al presidente Uribe exteriorizó. Dejó ver con total claridad esa grotesca impunidad y confrontó a todo el pueblo colombiano a esta realidad. La reciente medida de aseguramiento ordenada por la Corte Suprema de Justicia a Uribe Vélez, avivó la fuerza uribista, que por mucho tiempo permaneció adormecida, salieron con toda la determinación a rodear al presidente de los años 2002-2010.
Hoy se siente en el ambiente ese sentimiento patriótico que se respiraba en esos años, y las avalanchas de apoyo no se han hecho esperar. El jueves 6 de agosto salieron miles de colombianos a sus balcones a aplaudir a Uribe. Este viernes 7 de agosto salieron carros por toda Colombia, multitudinarias caravanas en diferentes ciudades del país, banderas ondeando, gritos y cantos de respaldo. Ha empezado un activismo que no parará un solo día hasta que el presidente Uribe esté en libertad.
Este espaldarazo a Uribe también se ha sentido en el plano internacional. Líderes de la política exterior como los españoles Cayetana Álvarez y Santiago Abascal; y los opositores venezolanos María Corina Machado y Antonio Ledezma, se han pronunciado, han manifestado su preocupación por el destino de Colombia tras la medida de la Corte Suprema.
Todo ello sucede porque Uribe es un referente, más allá de las disputas diarias y de quienes buscan enfrentarlo para salir del anonimato. Uribe es un hombre valorado por Iberoamérica, desde España hasta la Patagonia. Un líder de una naturaleza poco vista, cuya grandeza reconocen tanto contradictores, como seguidores; un hombre que pasó de ser un expresidente o un político más, a ser un símbolo que representa una idea emblemática para América Latina.
Álvaro Uribe Vélez, quien ha recibido 17 atentados contra su vida, al que difaman a diario y ahora le quieren montar esta leyenda judicial, nunca posa como víctima. En América Latina y el mundo lo escuchan, pero en Colombia las mentes desinformadas lo insultan. Es el responsable que muchos jóvenes, que lo odian, hoy puedan tener acceso a la educación. Es el responsable que muchos trabajadores, que lo denigran, hoy puedan contar con un ingreso.
El que disminuyó los homicidios en un 46%, pasando de 28.837 a 15.459. El mismo que llevó a la reducción de las cifras de secuestros a un 90%, al pasar de 2.882 a 282. Quien redujo las acciones terroristas en un 71%, pasando de 1.645 a 471 casos. Sí, Uribe también aumentó en un 105% el Producto Interno Bruto (PIB). Además, disminuyó el desempleo en un 25%. Aumentó la Inversión Extranjera Directa (IED) en un 222%. Disminuyó la población por debajo de la línea de pobreza en un 31%. Hizo que los beneficiarios del SENA pasaran de un millón 142 mil 798 en el 2002 a casi 8 millones en el 2010. Uribe llevó a que la red de Seguridad Alimentaria pasara de 345 mil 966 en 2003 a 3 millones 944 mil en el 2009
Uribe Vélez, el hombre que ha ganado todas las elecciones en las que ha participado y hoy con un montaje judicial, cobardemente lo intentan sacar del camino. La ultraizquierda, que apuesta a ello para imponer en el 2022 el socialismo del siglo XXI, saldrá perdedora, porque una vez más –como de costumbre- Uribe les ganará. ¡Despertaron al tigre!
Publicado: agosto 9 de 2020
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