Está demostrado, que las redes sociales resultan estrechas para transmitir el aprecio, el afecto y la gratitud que la mayoría de los colombianos profesan por Álvaro Uribe Vélez. Por eso no sorprende, las masivas y muy efusivas manifestaciones de reconocimiento, solidaridad y simpatía para con el presidente Uribe con motivo de sus cumpleaños.
Y es que Álvaro Uribe Vélez modificó la historia de Colombia; revivió la fe en el gobernante; ensanchó la economía y la hizo incluyente; respetó y defendió la ley y el Estado Social de Derecho; remozó la ilusión colectiva de aspirar a una patria mejor; restableció la institucionalización del país; develó la corrupción rampante de algunos magistrados de la Corte Suprema de Justicia; y, rescató el orgullo de una nación mancillada por la violencia y la barbarie implantada por un puñado de delincuentes sin ideas ni ideales disfrazados de guerrilleros.
Que el 78% de los ciudadanos colombianos añore el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, es evidencia cierta de su inestimable gestión y de su brillante talante de estadista. Es difícil saber, cuánto le debe Colombia a un hombre que ha dedicado su vida entera a servirle.
Si algún error grave cometió Álvaro Uribe en su Gobierno, fue confiar en Juan Manuel Santos y en el controvertido y muy cuestionado General Naranjo; inefables traidores, no de Uribe, sino de la democracia colombiana.
Por eso resulta inexplicable, que algunos ciudadanos de bien, odien más a Álvaro Uribe, que lo que quieren a Colombia, y al mismo Juan Manuel Santos y a su Paz con Impunidad. Paz espuria, cínica y desvergonzada, que violentó el orden constitucional, pervirtió instituciones, premió criminales, burló inocentes, estimuló la violencia y convirtió vastas zonas del territorio nacional en interminables vergeles de cultivos ilícitos.
Colombia debe seguir adelante para consolidar su democracia y no retroceder hacia el populismo y la pauperización comunista. Colombia necesita seguir siendo gobernada por líderes pulcros, honorables y capaces, que tengan coraje e irrenunciable convicción en los principios y valores republicanos. Por gobernantes que inspiren, motiven y alienten la esperanza. Por gobernantes que respeten el disenso y la contradicción y que sustenten sus actuaciones en la legalidad. Por gobernantes audaces, con ideas e ideales afincadas en la ciencia, la virtud y la sabiduría, que posean estatura intelectual y visión prospectiva para enfrentar, confrontar y abatir la creciente descomposición social y política que agobia la nación. Se necesitan estadistas, no políticos fletadores de turba y administradores de la traición y el desengaño.
Ojalá que el Centro Democrático bajo la orientación del presidente Álvaro Uribe Vélez, como movimiento que aglutina y mejor interpreta el querer mayoritario de los colombianos, determine, que quienes estén considerando la posibilidad de ser candidatos a la Presidencia, en un acto de responsabilidad y sensatez que la nación les reconocerá, depongan sus intereses personales en favor de un líder visionario de esclarecido pensamiento republicano, capaz de estructurar y articular una estrategia posible y sostenible para consolidar la democracia, fortalecer las instituciones, ampliar y mejorar la educación, recomponer la justicia, extirpar la corrupción, desterrar las perversas prácticas políticas que nos tienen asolados y vivificar la ilusión en el progreso.
Desde ahora, el país debería pensar con criterio cívico y converger hacia un norte común, que le permita seguir retomando el camino perdido durante el Gobierno de Juan Manuel Santos.
Necesitamos seguir construyendo una unidad nacional fuerte, diversa y pluralista, pero monolítica y solidaria, que nos integre en una fraternidad inquebrantable, y no tan solo en el duelo y la alegría. Ser colombiano debe ser la vivencia permanente del ideario de valores democráticos que el presidente Álvaro Uribe bien ha señalado.
Para soñar una patria mejor, debemos modificar el presente. Ojalá que la esperanza que anima la vida nos inspire y nos permita reconocer, que lo mejor que hemos hecho aún está por hacer, y que Colombia debe seguir el rumbo trazado por Álvaro Uribe Vélez para afianzar su democracia y fortalecer sus instituciones republicanas, y de no hacerse, avanzaremos hacia la anarquía y el caos hasta convertirnos en una perfecta narcocracia comunista.
Presidente Uribe, gracias por defender la democracia.
Presidente Uribe, felicitaciones en su cumpleaños. Salud y larga vida plena y feliz.
Presidente Uribe, gracias por entregar su vida al servicio de Colombia.
Publicado: julio 6 de 2020
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*Rafael Rodríguez-Jaraba. Abogado Esp. Mg. Consultor Jurídico, Asesor Corporativo y Litigante. Conjuez y Árbitro. Profesor de la Pontificia Universidad Javeriana y de la Universidad del Valle. Miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia.
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