Conversamos con mujeres de la Corporación Rosa Blanca que nos contaron sus historias. Historias que Colombia y el mundo deben escuchar pero que gracias a Juan Manuel Santos eso no ha pasado. La JEP no tiene un lugar para las víctimas. A las víctimas de las Farc se les pide que perdonen y que “coman calladas” y hay quienes hasta dicen que les toca aprender a convivir con sus victimarios.
Una de las mujeres que nos hablo nos relató que ella fue raptada a los 15 años de edad. Fue violada por Alírio Bocanegra, alias “El Abuelo”, de quien se presume está muerto, aunque no hay certeza de eso. Puede estar ocultándose como el cobarde que es pues solo un cobarde se puede ensañar con niños y niñas, a quienes violaba para hacerles siempre evidente su autoridad sobre ellos y hacerlos cumplir sus órdenes. Esta niña fue violada un sinnúmero de veces. Incluso nos narró, en medio de las lágrimas de todos quienes estábamos presentes, que una vez fue víctima de una violación masiva por parte de 7 guerrilleros quienes estaban cumpliendo una orden de un superior quien los obligó a violarla entre todos para castigarla por no haber querido acostarse con él. Ella quedó embarazada y fue obligada a abortar bajo amenaza de muerte. Fue la misma pareja permanente de “El Abuelo” quien descubrió el embarazo y la delató. Nunca supo quien podría ser el padre, si uno de los siete o alias El Abuelo quien el día anterior la había violado una vez más.
Ella nos narró que la presión psicológica que les hacían para evitar que se volaran empezaba con la elaboración de una hoja de vida desde el día en que había sido raptada donde incluían los nombres de cada uno de sus familiares y las amenazaban con matar a sus padres y hermanos si ellas intentaban escapar. Ella lo logró pues un día la enviaron a matar a dos civiles y en el camino se encontró con el ejército, situación que aprovechó para huir y buscar a sus padres quienes habían sido desplazados por la misma guerrilla. Sus padres dudaron al comienzo de recibirla pues pensaban que ella, con el cerebro lavado, venia a matarlos.
Cuando dos hermanos eran raptados, la orden del secretariado era no tenerlos en el mismo frente pues así podían ejercer mayor presión psicológica sobre cada uno con la amenaza de matar al otro en caso de pretender escapar. Incluso, si se llegaban a encontrar, no podían ni siquiera saludarse pues podrían ser ejecutados por este motivo.
Decidimos no publicar su nombre pues ella no goza de protección por parte del estado y ha recibido amenazas por parte de sus victimarios, quienes irónicamente si tienen un esquema de seguridad entregado por la UNP.
Otra de las mujeres con las que conversamos nos contó que ella fue raptada a los 10 años de edad. Las Farc además le habían matado también varios hermanos. Ella fue violada por un guerrillero raso por orden de una comandante. Por orden de una mujer.
Si para ellas es difícil contarnos sus historias, imagínense para los niños. Ellas nos contaron historias de niños violados por guerrilleros de alto rango, como al hoy congresista Carlos Lozada a quien llamaban “tornillo” por su preferencia de violar niños. Los hoy hombres que de niños fueron violados por las Farc no se atreven a dar un paso al frente. Al igual que a muchas niñas, las Farc les robaron su infancia y hoy no quieren que el recuerdo de ese infierno en el que vivieron les robe la nueva vida que con mucho esfuerzo construyen mientras ven que sus victimarios se sientan en el congreso como grandes damas y caballeros.
Estas mujeres fueron víctimas de las Farc y ahora son víctimas de un tratado de paz que se suponía las pondría en el “centro”, pero no supimos en el centro de qué. Ahora son víctimas de la paz que Santos negoció ignorando su sufrimiento bajo la excusa de que lo que les pasó a ellas no le pase a nadie más. ¿Y ellas? Ellas piden justicia. Justicia que ven que no llegará pues la JEP no muestra sus dientes a los comandantes de las Farc, pero si muestra sus dientes cuando ellas tratan de contar los crímenes sexuales de las Farc. Ellas ya entendieron lo que mucha gente no ha entendido: la JEP no defenderá los derechos de las víctimas. Prueba de eso es la decisión de la JEP de no expulsar a El Paisa a pesar de no cumplir con los compromisos. El Paisa, uno de los más crueles criminales de las Farc que ha violado a niñas y muchachos recién reclutados que hoy lo denuncian. La JEP protege a las Farc.
Hay otras mujeres que hacen parte de FEVCOL (Federación Colombiana de Víctimas), que no fueron guerrilleras pero que fueron igualmente víctimas de toda clase de vejámenes por parte de los narcoterroristas de las Farc. Mujeres campesinas que además tuvieron que ver como sus hijos eran arrancados de sus brazos para ser llevados a engrosar las filas de las FARC. Mujeres campesinas que fueron violadas sobre los cadáveres sus maridos.
Ellas son las verdaderas víctimas de las Farc, las que no llevaron a la Habana pues incomodaban a las Farc. Mientras ellas fueron ignoradas, Piedad Córdoba sí fue llevada a La Habana. ¡Piedad Córdoba!
Importante recordar que, bajo el estatuto de Roma, el reclutamiento de menores y los delitos sexuales contra menores no son amnistiables ni indultables. No solo eso, en la legislación colombiana no permite legitimar este tipo de hechos atroces. La misma legislación incluso indica que un violador de un menor de 14 años acceda al principio de oportunidad por ser un delito que atenta contra la integridad de la niñez. Al firmar el acuerdo de paz con los narcoterroristas de las Farc que dio vida al JEP, Juan Manuel Santos legitimó la impunidad para los delitos arriba mencionados.
El futuro de Colombia depende de que Rosa Blanca pueda ir a la CPI a pedir justicia. La justicia que Santos les negó con la creación de la JEP y al otorgar impunidad para los delitos sexuales contra menores y el reclutamiento forzado.
Le corresponde entonces a la sociedad defender a quienes la paz de Santos dejó por fuera. Ayudemos a Rosa Blanca. Ellas están planeando ir a la CPI a pedir la justicia que el tratado Farc-Santos les negó. Pero necesitan fondos. Por favor ayudemos a la Corporación Rosa Blanca con aportes a la cuenta de ahorros 698-895573-89 de Bancolombia. El NIT de Rosa Blanca es 901143233.
Publicado: julio 24 de 2020
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