No voy a repetir el juicioso análisis sobre la justicia de mi amigo Jesús Vallejo, tampoco a los llamados de atención de otros amigos, José Alvear y John Marulanda, pero mirando esos temas hago referencia a similitudes con los mismos.
Se acepta tutela a unos viejitos para salir a buscar lo que no se les ha perdido saliendo a la calle a “ejercitarse” en esta pandemia cuando hasta dificultad para caminar algunos tienen; a unos mamertos que a toda costa pretenden impedir el control de los cultivos de coca que alimentan las finanzas de los grupos ilegales y, tras bambalinas, financian campañas torcidas. Contrasta con considerar improcedente la tutela del expresidente Uribe para defender su dignidad y honra por la difamación del matarife y, agregaría yo, su propia seguridad. Y digo seguridad, porque la difamación fue la que llevó al magnicidio del General Uribe, como se plasma en este escrito que el secretario privado y yerno Carlos Adolfo Urueta, envía a Eduardo Santos:
“…No confunda los simples adversarios políticos de Uribe Uribe como enemigos personales, y no cierre los ojos ante la capacidad moral, por el odio y otros motivos, que podrían insinuar, aconsejar o permitir la ejecución del asesinato del General Uribe. …Señale a los autores “visibles” u “ocultos” que ejecutaron el asesinato y lo difundieron en sus periódicos, las columnas, o conferencias públicas, manifestando la necesidad del suceso “necesario” para los partidos, que lo habían comentado en conversaciones privadas, que no fueron “benévolos con el hombre ilustre”, como hicieron con los asesinos y que no tuvieron “piedad” en los periódicos, sino a favor de Carvajal y Galarza…”
¿Algún parecido al manejo de la “gran prensa” y la “justicia” le da hoy a estos y otros temas álgidos para la preservación de nuestra democracia?
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No hemos oído ninguna protesta de los mamertos por los “asesores” cubanos del G2 disfrazados de civiles bacanos y médicos humanitarios que pululan en Colombia adiestrando campesinos, indígenas, afros, y participantes de la comunidad LGTBI.
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La dictadura de los jueces nos esta conduciendo al abismo del socialismo del siglo XXI. La mayoría de los nueve magistrados que componen la corte constitucional, en minúsculas, han logrado despojar al presidente de sus funciones en el manejo autónomo de la Fuerzas Armadas, las relaciones internacionales y el control del orden público. Se atreve a desconocer las facultades que al congreso competen impidiéndole reunirse virtualmente, y, de contera, expiden leyes a su antojo, poder que la Constitución no les otorga.
Los mamertos no actúan solos, reciben apoyo o financiación internacional desde Cuba, Venezuela, Rusia, China y, ahora, también de España y parte de Europa. ¿Qué Venezuela está más pobre que Haití? es verdad, pero la plata de la coca que para esto se utiliza, entra de nuestro país y luego el cartel de los soles a su amaño distribuye, de ahí salió la que necesitaba el comunismo para gobernar a España. Cuba es experta en atornillarse al poder, controlar las elecciones y entrenar guerrilleros y asesores, lo hemos sufrido en carne propia y, gracias a los cubanos, se sostienen Maduro y Ortega cuyo ejemplo se pretende seguir en nuestra patria. El incremento de los cultivos de coca con el propósito de financiar la llegada al poder en el 2022 lo diseñaron ‘Márquez’, ‘Santrich’ y otros de la mesa, apoyados por Jaramillo, Enrique Santos, senadores de cuatro en conducta y un aspirante al nobel, también en minúsculas, con el piso jurídico ideado por el tenebroso abogado comunista español Enrique Santiago. El refugio que Cuba y Venezuela le otorgan a las Farc y el Eln no es gratis, es una colaboración estrecha en contra de nuestra democracia.
El Rincón de Dios
“Cuando la zorra predica, no están seguros los pollos”. Miguel De Cervantes
Publicado: julio 17 de 2020
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