Hace poco me encontré una entrevista que Bill Gates le concedió a la revista Dinero en 1998. El multimillonario “malvado” que está intentando crear un sistema sanitario para los más vulnerables, una vacuna universal que sea capaz de identificar los virus, crear los anticuerpos para combatirlos y erradicar el riesgo de enfermedad en el cuerpo humano.
Un empresario que creó plantas de energía nuclear sin riesgo de accidentalidad y un software llamado Microsoft desde el cual estoy escribiendo esta columna y es usado por muchos que navegan en internet para criticarlo por las redes sociales… en fin.
Lo que más llama la atención de la entrevista no es el enfoque radical en materia de educación que le dio el entrevistado, sino que, 22 años después y, a pesar de ser los más prósperos de Colombia, pudo haber hecho la misma entrevista 2 días antes y tendría la misma validez.
Y no solo pasa acá, creo que el estancamiento civil latinoamericano se debe a una incapacidad de ponernos de acuerdo sobre lo fundamental para avanzar, como lo decía, Álvaro Gómez. No estoy diciendo que no se pueda disentir, ni hacer oposición, pero la mezquindad y el afán de destruir en temas fundamentales no permite progresar.
Establecer objetivos en común permitiría a nuestras naciones avanzar. Propongo un enfoque con 5 acuerdos.
El primer debe sobre lo fundamental: la educación. Platón decía “La educación es el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la existencia de otra realidad”, por eso, mientras no tengamos personas calificadas, pensamiento crítico y sobre todo decencia será imposible tener una convivencia sana y un crecimiento económico fraterno. Para que eso sea una realidad no solo hay que adaptarse a la muy avanzada y accesible educación virtual, también hay que fortalecer competencias suaves, inglés, computación y valores civiles, entre otros.
Es necesario establecer un sistema de evaluación para los profesores con el fin de identificar sus capacidades para enseñar, aumentar la cobertura de colegios por concesión, combatir la corrupción en las universidades públicas y sincerarnos sobre las necesidades del mercado y las capacidades de los estudiantes.
El segundo acuerdo debe ser sobre lo económico. Si queremos libertad económica, crecimiento y desarrollo nos debemos hacer tres preguntas: ¿Por qué hay tantos monopolios?, ¿qué hacemos en materia de impuestos? y ¿por qué no somos potencia agroindustrial a nivel mundial si contamos con más de lo necesario?
Cuando logremos dar una respuesta sincera a esas preguntas y admitamos que solo hay 36 empresas que venden más de 1.000 millones de dólares al año, que gran parte de la tierra está en manos de terroristas, ganaderos ineficientes y fincas improductivas y reconozcamos que somos campeones mundiales en evasión de impuestos, podemos llegar a un acuerdo para ser un país exportador con grandes proyectos agroindustriales, tener una tributación con tarifas más competitivas, pero pagando. Tener un estímulo real a la competencia quitando regulaciones innecesarias a micro, pequeños y medianos empresarios y con un gasto serio en infraestructura por parte del gobierno sin temer a la deuda. Esto genera crecimiento y competitividad.
En este país de trabajadores, si pensamos solidariamente en pro del desarrollo económico, podemos crecer a tasas muy superiores al 5% anual.
El tercer acuerdo tiene que ver con la infraestructura. Además de las necesarias autopistas 5G, los aeropuertos en ampliación o construcción que están en marcha y las inversiones de los puertos, también debemos hacer un esfuerzo nacional (alianzas público-privadas) por retomar los sistemas férreos y así interconectar los municipios con comercio y turismo.
Es importante redoblar esfuerzos en la descontaminación del río Bogotá y la navegabilidad del río Magdalena, ampliar los sistemas de metro y trenes de cercanías en las ciudades más grandes del país, regular el transporte público para plataformas digitales, seguir incentivando el uso de las bicicletas, mejorando y construyendo ciclo vías. Los chinos y los japoneses lo entendieron, los estadounidenses lo están entendiendo, por favor por primera vez, no nos quedemos atrás, Colombia.
El cuarto acuerdo sobre lo fundamental deber ser en seguridad y justicia. Aunque son temas muy amplios que quisiera profundizar en otra columna. Es claro que debemos reformar de manera radical la justicia para que los índices de impunidad no sigan por encima del 90%, para que no existan sesgos políticos, ni obstrucciones, ni carteles. Más bien para que recuperemos la confianza en las instituciones.
Tampoco se le puede dar tregua a los grupos armados ilegales. Las fuerzas del Estado tienen un mandato constitucional de preservar el orden y la seguridad, fortalecer mecanismos de inteligencia y contrainteligencia y mejorar la aplicación de la tecnología a las operaciones y resolución de crímenes. Es algo que no debería tener discusión.
Por último, el quinto acuerdo debe ser sobre el medio ambiente. Es un hecho que los recursos son finitos y dicen que, si llegamos a 10 mil millones de habitantes viviendo en promedio como un ciudadano americano, es probable que el mundo se quede sin recursos para el 2040. Otros estudios menos fatalistas hablan que a este ritmo nuestra especie alcanzaría a sobrevivir hasta el año 2100. Las variables son incontables, lo que es cierto es que los grandes problemas del mundo siempre se han resuelto con acuerdos políticos que radiquen en mayor libertad, políticas públicas adecuadas y tecnología.
Tenemos que llegar al acuerdo de proteger los parques nacionales, las fuentes hídricas y los páramos, implementar políticas para adoptar e incentivar energías renovables y la economía circular, invertir en ciencia y tecnología. En el caso de Colombia, especialmente para proteger el agua, empezar programas de energía nuclear e ingeniería agroindustrial.
Colombia siempre tiene la oportunidad de desarrollarse, depende de nosotros. Aportar desde nuestro quehacer diario y buscar que el país se enfoque en cinco grandes temas para que avancemos, generaría una ventana de oportunidad única. No perdamos más tiempo.
Publicado: junio 26 de 2020
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