Pitido final. El minuto 90 de esta legislatura ha concluido. Jornadas en promedio de 16 horas, grandes discusiones y la aprobación de importantes proyectos para bienestar de la ciudadanía, son el resumen de la última semana de legislatura, la cual marca el final de mis primeros 2 años como senador. Semana donde además logramos la aprobación de lo que se convierte en la primera ley de la república de mi autoría y la del Representante Christian Garces, una iniciativa profundamente social que permite derrumbar barreras de comunicación a más de 560.000 personas con discapacidad auditiva en nuestro país; un hecho qué me llena de orgullo.
Pero también logramos impulsar importantes promesas que se hicieron en la campaña del presidente Iván Duque; la más importante de ellas es la aprobación de la cadena perpetua para asesinos y violadores de niños, una deuda que como legisladores y como país teníamos con tantos menores afectados por este crimen atroz. Así mismo sacamos adelante la ley que permitirá el acompañamiento de los padres de familia al programa del PAE y de esta manera lograr una veeduría profunda que derive en mejores resultados para el programa ¿Quién mejor para cuidar la alimentación de sus hijos que los propios padres?
A pesar de estas grandes alegrías, queda uno con el sin sabor de ver como algunos sectores políticos hicieron innumerables esfuerzos para boicotear la última semana de legislatura y sobre todo la aprobación de tantos proyectos que beneficiaban a los niños. Sectores se empeñaban en destruir el trabajo de 2 años de tantos congresistas y ciudadanos únicamente por cálculos políticos.
Realmente en mi cabeza no cabe que detrás de recusaciones sin fundamento, proposiciones y votaciones innecesarias, intervenciones dilatorias y solicitudes de pocas horas de trabajo se esconda la mezquindad de tantos sectores que anteponen sus intereses personales al bienestar de la ciudadanía. La democracia florece en medio de debates profundos, de distintas ideas y posiciones apoyadas en argumentos bien construidos, pero esta semana muchos quisieron desdibujarla y convertirla en un nudo de artimañas para evitar discusiones en las que saldrían derrotadas. Esta semana nos volvió a demostrar, tal y como lo hizo en el 2016, que algunos sólo encuentran la democracia como un instrumento legitimo si se encuentran ganadores. Al igual que en el fútbol, el jugador sin recursos esconde balones, se tira al piso, alega calambres, queman tiempo deliberadamente. En pocas palabras: ¡Filibusteros!
Estoy seguro que, aunque la democracia los derrotó seguirán buscando maneras de entorpecer la ejecución de algunas leyes, el desarrollo del congreso y sobretodo del gobierno y sus decretos de emergencia pues a ellos lo único que les importa es sembrar caos que les permita cobrar visibilidad de cara al 2022. Por mi parte puedo prometerles que seguiré discutiendo de frente, con argumentos y poniendo por delante los intereses de la ciudadanía y de aquellos que confiaron en mí, para representarlos en el Congreso de la República, una labor que día a día me llena de orgullo.
Parémosle – Bolas a aquellos que posan de demócratas, pero sólo buscan su bienestar personal.
Publicado: junio 29 de 2020
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