Durante la primera administración de Enrique Peñalosa en Bogotá se puso en marcha el modelo de colegios en concesión. Un experimento bastante osado para la época pero que hoy, 20 años después, demuestra una exitosa combinación de mayor calidad a menores costos que se debería replicar a todos los estamentos de la educación pública del País.
En términos generales, los colegios en concesión son planteles educativos que el Distrito construye pero que son administrados por organizaciones privadas con reconocida experiencia en este campo. La idea, es trasladar al sector público la indiscutible calidad de las instituciones privadas, lo cual, sin lugar a dudas, se ha logrado.
Lógicamente, la mejor evidencia de ello es el resultado de las pruebas Saber 11, donde la clasificación de los planteles educativos durante el 2019 habla por sí sola:
CATEGORÍA A+
Privados: 41.7%
Colegios en concesión: 4.5%
Colegios distritales: 1.5%
CATEGORÍA A
Privados: 30.1%
Colegios en concesión: 59%
Colegios distritales: 15.2%
CATEGORÍA B
Privados: 20.8%
Colegios en concesión: 31.8%
Colegios distritales: 58.2%
CATEGORÍA C
Privados: 6.2%
Colegios en concesión: 4.5%
Colegios distritales: 22.4%
Es decir, mientras que el 63.5% de los colegios en concesión se ubican dentro del rango A y A+, el 80.6% de los planteles distritales se encuentran en las categorías B y C. Una relación completamente inversa que demuestra el salto de calidad que se genera en las instituciones administradas por actores privados
Además, los colegios en concesión presentan dos ventajas adicionales respecto de los distritales. La primera, el 100% de estos desarrollan sus actividades en jornada única, situación que solamente logran tener el 24% de los planteles gestionados por el Gobierno Distrital.
La segunda, a precios del 2018 el costo anual de un alumno en un colegio concesionado era de $2.404.284, mientras que en un plantel distrital este monto ascendía a los $3.696.911. Una diferencia bastante significativa si se tiene en cuenta que con $1.292.627 menos se está logrando una mejor educación.
Esta relación, cabe resaltar, no es menor. Por ejemplo, en cálculos aproximados del 2018 si los 780mil alumnos que acuden a colegios públicos en Bogotá estudiaran en planteles concesionados el costo anual de su educación redondearía los $1.8 billones, mientras que ese mismo valor en instituciones distritales ascendería a los $2.8 billones.
Es decir, si se concesionara el 100% de la red de colegios del Distrito anualmente se generaría un ahorro de $1 billón para el presupuesto distrital. Una cifra nada despreciable…
Por eso, la exitosa experiencia de los planteles en concesión lograda durante los últimos 20 años en Bogotá se debe replicar tanto en los demás colegios del País como, inclusive, en las universidades públicas
De nada sirve mantener un modelo estatal como el actual con altos costos y mala calidad cuando podemos implementar una experiencia exitosa de educación concesionada donde se logra una mejor calidad a menores costos.
Sencillamente, es una cuestión de manejo eficiente de recursos en pro de las nuevas generaciones de compatriotas.
Publicado: junio 17 de 2020
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3.5